viernes, 29 de junio de 2012

Correspondencia con Toledo

Más diferencias con Francisco Toledo


De Toledo a Manuel Esparza

Noticias junio 17, 2012



Estimado Manuel, En respuesta a tu carta (Noticias, mayo 16, 2012), te mando algunos comentarios:17 Jun 2012 - 04:11 Cuando la casa de Macedonio Alcalá 507 fue mi casa particular, no colindaba con la Plazuela del Carmen –recordarás que había una tiendita de fotografía y una carbonería. Con colaboración del INBA y Gobierno del Estado compramos la esquina, ya como IAGO: La otra parte que colindante con la plazuela fue adquirida mucho después con mi dinero por Amigos de las Bibliotecas y Archivos de Oaxaca. Me parece que sé bien como era la casa donde viví y cuáles eran sus límites; si tus recuerdos no coinciden con los míos, puedes consultar lo que digo en el Registro Público de la Propiedad.

El celo que mostraste en la protección de las colecciones arqueológicas es admirable; cuando fungiste como Director del INAH, expropió piezas de las colecciones de particulares donadas a la Casa de la Cultura del Istmo. ¿Por qué no se aplicó el mismo celo con la importante pieza recuperada en Laguna Zope –el pez pájaro—y extraviada en la casa que el INAH rentaba por entonces como laboratorio y bodega en el Rancho San Felipe? Víctor de la Cruz lo denunció y documentó en su momento.

Te ofende que el Dr. de la Cruz te insulta llamándote “criollo”. Su respuesta –que de ninguna manera dicté-- es acorde a la tuya, que mencionas a “un abogado”, con el mismo tono con el cual calificaste de decorador de interiores a los arquitectos.

El libro de coeditado con la Fundación Morales que se apoyó en su momento, nunca fue negocio, como gran cantidad de libros nuestros. Nuestra labor editorial, jamás ha tenido como su motor el lucro.

Respecto a mi postura acerca de las recientes restauraciones en Oaxaca, el dossier correspondiente está en manos de María y Campos, Director del INAH en México, donde seguramente podrás consultarlo.

Espero que aquí termine el engorroso diálogo sobre “distracciones secundarias”, como le llamas. Sin más, recibe un saludo.


Francisco Toledo

 (Rúbrica)


Respuesta a Francisco Toledo de Manuel Esparza

http://dialogosdesoledad.blogspot.com/           Junio 27, 2012  



Francisco tienes razón en que aquí termine el ¨engorroso diálogo¨ que hemos tenido en artículos publicados en el periódico Noticias. Sólo que llevas la ventaja de uno más que yo  y sin darme  oportunidad de  responder en el mismo diario. Dices que el INAH expropió piezas de colecciones de particulares donadas a la Casa de la Cultura del Istmo. En primer lugar no las expropió pudiendo haberlas decomisado y levantado cargos por posesión de bienes de la nación no registrados y contra las indicaciones que expresamente se te dieron de no adquirir nuevas piezas. Esas colecciones están de nuevo en la Casa de la Cultura conforme se acordó en el acta levantada.

El procedimiento de monumentos históricos y arqueológicos decomisados  era el siguiente: se levantaba acta con registro descriptivo y fotos de cada monumento o conjunto de ellos. Estos en cajas selladas se guardaban en bodega especial del entonces Museo de Santo Domingo (en el ahora llamado ¨Salón decorado¨) y donde sólo el director del mueso tenía llave, ni yo la tenía. Las colecciones de los arqueólogos que entregaban después de su estudio nunca entraban ahí sino a los laboratorios arqueológicos en Cuilapan a cargo del Jefe de Arqueología del Centro INAH Oaxaca. En esa misma bodega de Sto. Domingo se guardaban los monumentos históricos y arqueológicos decomisados independientemente por la PGR en calidad de ¨depositario fiel¨ mientras se hacían las averiguaciones previas.

Ahora bien, me preguntas: ¨¿Por qué no se aplicó el mismo celo con la importante pieza recuperada en Laguna Zope –el pez pájaro—y extraviada en la casa que el INAH rentaba por entonces como laboratorio y bodega en el Rancho San Felipe? Víctor de la Cruz lo denunció y documentó en su momento.¨

Aquí te equivocas posiblemente siguiendo las elucubraciones y mentiras del abogado que fungía como director de la Casa de la Cultura. El laboratorio en el Rancho San Felipe no estaba bajo el cuidado del INAH. Fue rentado para el estudio de los materiales arqueológicos de la Laguna Zope por los investigadores Zeitlin. Es responsabilidad de los investigadores, tanto nacionales como extranjeros, el cuidar de los monumentos mientras preparan su informe de excavaciones. Al término del estudio los materiales son entregados al INAH. En ese laboratorio había varios ayudantes contratados por los investigadores Zeitlin para la limpieza  y catalogación de las piezas. Hubo un robo en ese laboratorio, especialmente de la pieza que comentas. Los Zetlin dieron inmediatamente aviso  al INAH que estaba bajo mi dirección en Oaxaca entonces, y se procedió conforme a la ley a hacer la denuncia formal ante el Ministerio Público para que se llevaran a cabo las averiguaciones previas contra el que resultara responsable. ¿Dónde está la falta de celo?

Dices que esos hechos ¨los denunció y documentó¨ Víctor de la Cruz. Efectivamente desde que salieron las varias cajas (para huevos) con piezas arqueológicas, de la Cruz en cuanta cantina  me veía se exaltaba todito y me acusaba de robo. Era inútil explicarle lo que más arriba digo. Todavía en 2007 volvió a la carga ahora apoyado por el periodista Cuauhtémoc Blas. Transcribo parte de mi respuesta (Noticias marzo 13, 2007) para ver qué clase de ¨´documentación¨´ dices que tiene de la Cruz:   ¨El Sr. Blas quiere luego hablar ´tangencialmente´ sobre mi actuación como delegado y para eso menciona un escrito de Víctor de la Cruz. Aun leyendo con la mejor intención  lo que cita Blas, no se puede menos de ver lo ‘tangencial’ de esta manera de atacar a alguien: ´ese Sr. Esparza se quedó con piezas arqueológicas que no regresaron a Juchitán después de haberlas sacado de la Casa de la Cultura. Como tanto el escrito de  la Cruz como la manera de citarlo por Blas es una manera hipócrita de provocarme a hablar sobre el tema, me rehuso a hacerles el favor de atacar a Francisco Toledo en su nombre: si tienen el valor civil que lo hagan ellos, pero veo que a los dos les falta esa virtud, uno al falsear tramposamente los hechos (además actitud muy repetitiva dada su acomplejada personalidad), y el otro por publicar en la revista que dirige ese libelo. Toledo era en ese tiempo el hombre atrás de la Casa de la Cultura de Juchitán y responsable de todo lo que entraba y salía de ella incluyendo las colecciones arqueológicas,  y no el abogadillo que era de la Cruz entonces a quien no le quedó más remedio que entregar cientos de piezas arqueológicas en posesión indebida (por mal cuidadas y muchas no registradas, añado ahora), y no dos cajas (¿de zapatos?) como quiere ahora engañar de la Cruz. ¿Qué clase de abogado director era ese individuo que tuvo que entregar piezas arqueológicas de las colecciones de la Casa de la Cultura ante las amenazas  de Esparza y su ´compadre´? El que instruyó a de la Cruz a cumplir con la ley por vía telefónica y estando el que esto subscribe presente fue el mismo Toledo.  Pero como digo, que los istmeños   se arreglen entre ellos y se peleen entre sí sin quererme meter ‘tangencialmente’ en sus problemas. Lástima que quieran usar como medio el periodismo¨.

    Francisco, dime si no hay engaño en el recuento que hace de la Cruz. Tan se estaba haciendo algo mal en seguir adquiriendo piezas arqueológicas que tu mismo autorizaste que de la Cruz las entregara, ¿de otra manera cómo ibas a permitir que un tal Esparza se llevara todo a Oaxaca?  Entiendo que estuvieras disgustado, sin embargo,  fui a verte a tu casa que ahora es el IAGO acompañado del Zenón Ramírez director entonces del Museo de Santo Domingo para explicarte que ese material arqueológico podía regresar a Juchitán hasta que hubiera condiciones dignas y de seguridad, te mencioné que ese era el tenor del acta que se levantó con la descripción de las piezas y con las firmas de testigos entre ellas las de Víctor de la Cruz.

   El síndrome que afecta a de la Cruz y que tu mismo me comentaste alguna vez diciéndome ¨No todos somos así en Juchitán, no sé qué le pasa,¨ volvió a atacarlo. Ahora usando la Revista de la Universidad Nacional para dar cauce a sus demonios interiores (No. 56, octubre de 2008: 61-65): ¨El retorno de las piezas incautadas por Esparza, aunque incompletas de acuerdo a la lista de entrega…  Agregadas a ellas (las incautadas) también iban los monumentos arqueológicos  que los Zetlins habían entregado al INAH  después de terminar su proyecto, entre los cuales no iba, por supuesto, el pez pájaro en ónix blanco.¨

    Cuando se regresaron esas piezas a la Casa de la Cultura yo ya no era director del INAH-Oaxaca. Ignoro qué procedimiento se usó y qué actas se levantaron y qué cotejos se hicieron de lo que se entregaba al museo de esa casa en Juchitán. Supongo que debió haber habido una entrega formal y en que constaran los inventarios debidamente hechos y firmados cuando salieron originalmente. Que yo sepa nunca ha habido reclamación al respecto. Qué piezas  se entregaron de las colecciones de los Zetlins, lo ignoro, pero ese era otro acervo en el que faltaba la pieza que se comenta distinto del que se había incautado.

   Procede con malicia el multicitado abogado cuando dice que llegaron incompletas las piezas regresadas ¨conforme a la lista de entrega.¨ Será que él tenía una lista diferente entre los documentos de la Casa de la Cultura que posiblemente no puede mostrar porque ingenuamente confiesa que no recuerda las fechas  de cuándo fue el decomiso cuando él era director: ¨No he podido precisar la fecha porque el archivo de la Casa de la Cultura de Juchitán desapareció durante las labores de restauración del edificio…¨ ¿Cuál lista secreta tendrá entonces que no tiene el valor de un inventario levantado bajo acta con fotos y descripciones? A confesión de parte…: ¿cómo que se perdió el archivo mientras se restauraba el edificio? Precisamente se decomisaron las piezas mencionadas también por el pésimo estado en que se hallaban entre vigas y bultos de cemento. Vaya manera de conservar el patrimonio y por gente que ahora hace profesión y se llena de títulos por cuidar el legado indígena. Un ejemplo más, cuando Vicente Marcial era director de la Casa de la Cultura pidió un peritaje al INAH de una hacha votiva que sospechaba era falsa. Resulta que la original  de piedra verde tipo jade había sido robada. Para ocultar el hecho hicieron una falsa de pasta imitando la original, hasta el color. Luego apareció la original y como si tal cosa, pusieron las dos hachas, la imitación y la original en exhibición. No sé si sigan en las vitrinas después de la última remodelación del museo. Nunca supe que los celosos del patrimonio indígena hubieran denunciado ante autoridades competentes ese hecho. Lo que sí se supo fue que se había procedido con todo sigilo en ese asunto.

Abusando de tu paciencia, pero tú mismo me invitas a hacer comentarios a tu misiva, hago mención a lo que afirmas que ¨Nunca te pedí que atacaras al Arq. Ruiz Camino.¨ Vamos a recordar juntos ese detalle. En esa ocasión en el MACO me enseñaste un tríptico de la Secretaria de Turismo a cargo de Ruiz Camino. No estabas de acuerdo lo que ahí se llamaran ¨dialectos¨ a las lenguas de Oaxaca, además llevaba ya tiempo la destrucción de Hierve el Agua (desde Juan Arturo López Ramos hasta Ruiz Camino. Ver Contrapunto junio 16, 1992), el proyecto de mercado en Tlacolula (1994), etc. en que estaba implicado ese arquitecto. Sí, tenías razón en estar en contra de Ruiz Camino, y fue cuando me pediste escribiera contra él ¨pues a mí no se me da escribir¨ explicaste.

   La no aparición de documentos sobre Juárez en el AGEO fue motivo de movilización de parte tuya, y yo contribuí haciendo denuncia ante la PGR (febrero 14, 1994). Sirvió de algo pues aparecieron los documentos. No acabo de entender por qué lo mencionas y cuál seas tu intención al añadir ¨reaparecieron sin explicación alguna.¨ Pero esta acción en defensa de los documentos no fue la razón por la que querías que escribiera contra Ruiz Camino pues éste  nada tenía que ver con el Archivo del Estado, era Secretario de Turismo.

Tanto de la Cruz en su artículo en la Revista de la Universidad como ahora tu, dicen que las colecciones arqueológicas eran donadas por particulares. De la Cruz nombra a dos coleccionistas Andrés Henestrosa y Lorenzo Carrasco y añade que esas colecciones estaban cuando se fundó la Casa de la Cultura (22 de marzo de 1972) ¨es decir un mes y seis días antes que se expidiera la nueva ley que regulaba el patrimonio arqueológico…es decir antes de la nueva ley que prohibía el coleccionismo.¨ De ser cierto lo que dice, pues no da pruebas de cuándo se recibieron esas colecciones,  entonces ellas fueron las que se inventariaron por el INAH en base a la nueva ley del año 1972. Después de ese inventario es cuando se intervino porque se seguían recibiendo nuevas piezas, no se sabe si donadas o compradas, pero no declaradas para su registro. Antes de la ley de 1972 había otras disposiciones que ya regulaban el patrimonio arqueológico y no como dice de la Cruz que fue hasta la expedición de la nueva ley (José Valdés Rodríguez, La protección jurídica de los monumentos arqueológicos e Históricos en México, INAH, 1982: 51-83).

¿Pero es totalmente cierto que las colecciones incautadas eran las de las donaciones de esas dos personas? O, ya había un proyecto anterior para hacer un museo arqueológico como lo sugirió Rufino Tamayo y  una vez conseguido el visto bueno del ex gobernador Víctor Bravo Ahuja ya como Secretario de Educación ¨se fue llevando a la casa con ayuda de Toledo mismo, su hermana Graciela y la poeta Elisa Ramírez ´Libros, clases de música, piezas arqueológicas, pinturas y una sala de cine´¨. (Entrevista de Alondra Flores a Francisco Toledo, La Jornada, marzo 17, 2012). ¿Cómo se adquirieron esas piezas?
Francisco, vuelvo a repetir que estoy de acuerdo en parar este diálogo ¨engorroso¨. Y sí lo es cuando se insiste en aclarar  que si tu casa colindaba o no con la plaza tal, que si Macotela u otro diseñó la plaza, que si fui malagradecido contigo, que si es reprobable que llame abogado al que lo es, o decoradores de interiores a los que se comportan como tales. Lo que si no es trivial es que avales a de la Cruz diciendo que él ¨´denunció y documentó en su momento¨ el robo de una pieza arqueológica. De la Cruz nunca hizo denuncia judicial en que me acusara de responsabilidad, en cambio no tiene escrúpulo, muy conforme a su personalidad, de escribir que yo me quedé con piezas arqueológicas, en pocas palabras me acusa de robo. Eso es una difamación y puedo actuar judicialmente contra él, tú no puedes avalarlo sino tienes pruebas y basado sólo en su dicho. Esta es además la razón de mencionarlo varias veces en lo que llevo escrito para que tengas elementos de juicio de lo que él me acusa falsamente.
Manuel Esparza 

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