lunes, 18 de marzo de 2013

Eligen a Presidente del Vaticano S.A de C.V.


Manuel Esparza

 

El corporativo religioso-inversionista asentado en Roma eligió por un periodo abierto a Jorge Mario Bergoglio. En secreta reunión la Mesa Directiva integrada por ejecutivos de las filiales en el mundo nombraron conforme la costumbre medieval a Francisco como cabeza. Esta  empresa transnacional ofrece sólo un producto: satisfacer la necesidad de creer de la mayoría de la gente. Su preocupación principal, entonces, es fomentar la fe para mantener una población que haga viable a la institución. Lo que más teme es precisamente que se deje de cotizar en la bolsa de valores si la  taza de creyentes disminuye riesgosamente.

   Para hacer publicidad y atraer inversión se vende toda suerte de creencias abigarradas, entre más increíbles mejor, pues será mayor la confianza del cliente. Así se gasta muchísimo en toda suerte de amuletos, medallas, escapularios, rosarios, estampitas, aguas milagrosas, soberbias catedrales, escuelas, santuarios, peregrinaciones a lugares de apariciones. Uno de los más destacados vendedores de acciones de esta compañía es el ejecutivo Norberto Rivera de la ciudad de México que después de extender su área de ventas a la Basílica de Guadalupe desplazando al anterior hombre de negocios, trató de patentizar la comercialización de la imagen de una virgen que nunca se apareció. 

   No deja de ser intrigante el giro religioso de esta compañía. Traza su origen  nada menos que a la divinidad encarnada hace 20 siglos. De esa manera  la descendencia legítima de su  autoridad  es sólida como una roca: las puertas de la competencia no prevalecerán hasta el fin de los tiempos. La renovación de su presidente general es invocando al Espíritu Santo quien guía a los electores a escoger al más idóneo.  Es de Dios entonces que ahora Francisco sea único representante autorizado. Bajo esta creencia se ve que a través de la historia de la institución ha habido notables hombres que supieron ser ejecutivos y al mismo tiempo extraordinarios hombres de bien, pero también entre las filas de los accionistas, benefactores, adherentes, simpatizantes se dieron y dan hombres y mujeres entregados a procurar el bien del prójimo, no pocas veces a costa de la vida.

   La historia, por otro lado, también ilustra la otra cara de la empresa, la que sabe jugar con las reglas del mercado, invierte en bienes raíces, en bancos; la que intriga por los puestos de mando, la que se asocia a los poderes civiles, la que calla ante dictadores para no arriesgar su patrimonio. Ahora juzgue Ud. y pregúntese si la elección de los siguientes Papas fue por inspiración divina.  En el siglo X hubo tres Papas conocidos como anti Papas, a Cristóbal lo hallaron estrangulado por órdenes del papa reinante. A Juan XVI le quitaron la vista, y a Bonifacio VII lo asesinaron, su cuerpo fue arrastrado por las calles de Roma. Se dijo que esos muertos eran Papas electos ilegítimamente, pero Bonifacio ordenó la muerte de otros dos que sí fueron bien electos. En ese mismo siglo León V duró sólo un mes y luego fue asesinado en la cárcel. Benedicto V duró un mes también, Benedicto VI seis meses, es éste uno de los que mandó estrangular el anti Papa Bonifacio. Juan XIV fue desposeído después de reinar nueve meses, luego arrojado en prisión donde lo dejaron morir de hambre y envenenamiento.

         Contario a la  costumbre reciente de elegir Papas ancianos, en ese siglo X se le dio mucha importancia a la juventud: Gregorio V de 24 años  fue elegido por imposición de su primo el Emperador que tenía 16 años. El papa Gregorio tenía sólo 24 años. Juan XII coronó a un niño de 12 años como Emperador del Sacro Imperio Romano. Ya un antecesor, Juan XI había aprobado a uno de 16 años como Patriarca de Constantinopla; él mismo fue electo cuando apenas tenía 20 años. De este Juan XI las malas lenguas (Lombardi dixit) decían que era hijo natural del Papa Sergio III y de una jovencita de 15 años. Este Sergio no se medía, mandó asesinar  ¨por compasión¨ a León V y también al anti Papa Cristóbal. Este precursor de un Legionario mexicano dio comienzo a la llamada ¨pornocracia del papado¨, cuando mujeres de familias poderosas romanas de fácil acceso manejaban detrás de las cortinas de las recamaras a los Papas y las elecciones de éstos.

         Sólo ese siglo X da para más. El gobernante romano Alberico I hizo jurar a los electores delante del Papa Agapito que elegirían a su hijo después de la muerte de Agapito. Así fue como subió Juan XII cuando tenía 20 años pero para ser depuesto por un sínodo romano por conducta escandalosa. Huyó, regreso a la silla pontificia, volvió a huir y murió de una embolia en la cama de una casada. Esos eran los tiempos en que los Papas eran elegidos no por colegio de cardenales sino por representantes del pueblo y del clero de Roma. Precisamente por no seguir las reglas de ese tipo de elección,  a fines del s. IX, le fue mal al Papa Formoso quien un año después de muerto, sus enemigos que tanto lo odiaban convencieron al Papa Esteban VI/VII para que exhumado el cuerpo lo enviara a juicio vestido de Papa. Lo condenaron: le cortaron los dedos con los que bendecía a las multitudes y lo arrojaron desnudo al Tíber.

         Y los tiempos pasados, a pesar de estar más cercanos al origen del cristianismo, no dejaron de ser también muy entretenidos: el Papa Marcelino (s. III-IV) se vio comprometido a incensar ídolos. El Papa Liberio (s. IV) llegó a rechazar parte del Credo de Nicea. En 550 un sínodo de obispos africanos llegó a excomulgar al Papa Vigilio por traición a la doctrina. Y para terminar tan edificante recuento hay que recordar que el Papa León X intentó nombrar a Lutero cardenal en 1519 en un arreglo político muy a la romana. Ese mismo León mandó estrangular a un cardenal por medio de un musulmán, porque sería impropio que lo hiciera un cristiano… (Más datos cuando se tenga insomnio: Joseph Gallagher, National Catholic Reporter, March 17, 1995 y si se quiere divertir hasta la madrugada, lea de corrido La Puta de Babilonia de Fernando Vallejo, Planeta, 2007).