martes, 4 de marzo de 2014

En el aniversario 75 del INAH


75 años del INAH y 40 del CRO-Oaxaca

Museo de las Culturas de Oaxaca

Febrero 27, 2014

 

Manuel Esparza

 

Con la ocasión de los 75 años de la creación del Instituto Nacional de Antropología e Historia se podría  hacer una revisión general  del desarrollo de la institución y su presencia durante 40 años en Oaxaca. Tarea que sobrepasaría el espacio de este texto, además los aniversarios son para congratularse y mostrar los buenos pasos del homenajeado. Y eso con justa razón dado el largo registro de los grandes logros de tantos investigadores, técnicos y manuales en las tareas específicas del Instituto. Sin embargo, la ocasión puede muy servir para examinar a grandes rasgos cómo ha cambiado el país afectando en diversas maneras los fines del Instituto. Podríamos tomar en concreto la conservación del patrimonio en función de las políticas nacionales. O dicho de otra manera, se antoja reflexionar  si el bienestar general del país cambia en mejoras o se empeora según sea el grado de conservación del patrimonio, entendido éste como el conjunto de todos los bienes naturales necesarios para que un grupo humano  pueda subsistir y desarrollarse social y culturalmente.

     I En la época postrevolucionaria la necesidad de organizar e integrar una nación obligó a tomar las medidas económicas  que se juzgaron pertinentes para hacer un país independiente  y a dar un impulso  hacia un nacionalismo cultural que sacara al pueblo del atraso educativo acumulado y exacerbado por la pérdida  de un millón de mexicanos que causó la Revolución. En el ámbito de la cultura  fue cuando se salió al campo a llevar la educación. En 1921 se fundó la Secretaría de Educación Pública, responsable de velar tanto por la educación como por la cultura de México. Es cuando la UNAM obtiene su autonomía (1929). El vasconcelismo fue la doctrina que movió a miles de brigadistas por todo el territorio llevando libros de la literatura universal. La libertad de expresión se mostró en los muros de numerosos edificios públicos. Orozco en 1941 se burló de la justicia pintando a una mujer no de blanco sino de negro, no con los  ojos vendados sino bien abiertos y que no lleva una balanza en una mano, sino un puñal amenazando a ciudadanos indefensos: toda una sátira de la práctica y la teoría de lo que es la justicia en México. Estos murales en dos tableros están apropiadamente en la sede de la Suprema Corte de Justicia.

         Este periodo comprende la creación del  INAH (1939), del INI (1946), INBA (1946). Ese periodo postrevolucionario no decayó bruscamente, se logró parar la avalancha a media camino: este fue el caso del periodo de Echeverría cuando Gonzalo Aguirre Beltrán en la Subsecretaria de Cultura Popular (1970-74) quedó al frente no sólo del indigenismo oficial  (fue director del INI en 1971-72), del INAH, Cultura Populares, etc. Esta etapa es cuando se nombra a Guillermo Bonfil director del INAH en 1972 y se abren los 8 primeros Centros Regionales, entre ellos este de Oaxaca. Fue el periodo en que se tomó en serio la conservación del patrimonio lográndose que la Procuraduría General de la República destacara a agentes federales para auxiliar al INAH contra del saqueo de los sitios arqueológicos. Las penas por este tipo de delitos llegaron a ser más severas que las de posesión y tráfico de drogas. Todavía este periodo se continuó en la dirección del INAH de Gastón García Cantú. Fue cuando se hizo el Museo de las Intervenciones que afortunadamente ha resistido el embate del siguiente cambio en la política nacional.

 

 

II    Este último cambio siguiente  se  caracterizó por un giro radical hacia el neoliberalismo. Fue la década de los 90s el gran ataque al patrimonio. Se creó con Salinas de Gortari por decreto presidencial  el CNCA, eso fue como consuelo a los intelectuales, varios antropólogos entre ellos, que habían soñado  con una Secretaría de la Cultura desde que había subido a la presidencia José López Portillo. El CNCA en manos de su primer director, una persona respetada en el medio político y cultural Víctor Flores Olea (1988-1992), funcionó permitiendo la autonomía de institutos como el de Bellas Artes y el propio INAH.  Pronto, sin embargo se siguieron cambios drásticos cuando México fue elevado al primer mundo por medio del Tratado de Libre Comercio. Fue en 1992 cuando Salinas hace la contra reforma agraria permitiendo la venta de tierras ejidales afectando ya de esa manera la estructura de las comunidades campesina e indígenas. Ya antes en 1990 se habían privatizado Telmex y la banca y seguirían incontables privatizaciones de empresa públicas[1].

    El 12 de octubre de 1992 fue una fecha de rehabilitación del proyecto neoliberal contra el patrimonio. En los Pinos acompañado de Teresa Franco, Rafael Tovar y de Teresa y Eduardo Matos  además del gabinete y escogidos hombres de negocios, Salinas anunció cómo el patrimonio arqueológico debía servir para generar inversión. Llamó al Instituto ¨el nuevo INAH¨ del que esperaba cooperara en los 12 megaproyectos en los que se invertirían  103,000 millones de pesos. Se le advirtió a los investigadores del INAH que dejaran paso a los más jóvenes, una velada amenaza al sindicato de investigadores que ni dejó sus plazas libres y sí atacó la política de comercialización de los sitios arqueológicos. Se invitó a los empresarios a invertir en tan promisorios negocios.[2] Contra esa tendencia privatizadora de la cultura, Flores Olea apuntó: ¨La historia del siglo XX mexicano ha sido impulsada más por el Estado que por la sociedad (iniciativa privada). El Estado es el creador de las instituciones de la educación, de la cultura, de la economía, de las finanzas. Este papel decisivo no pude desconocerse. El Estado creó la UNAM, el INAH, el INBA, IPN.¨ Admite (Flores Olea) sin embargo ¨un hecho nuevo en la historia cultural de México: el surgimiento de los intelectuales ya no necesariamente vinculados con el Estado sino con núcleos de la iniciativa privada. Ciertamente con algunas inferencias o deducciones muy discutibles. La lógica de ellos sería más o menos la siguiente: puesto que la empresa es libre, nosotros, intelectuales de la empresa libre, somos por definición libres.¨[3] Esto también ha sucedido en Oaxaca con la proliferación de museos  e intervenciones de pintorescos pintores en monumentos históricos incluyendo el Centro histórico[4]. A propósito, esa crítica después ampliada en la polémica entre las revistas Nexus y Vuelta le costó el puesto a Flores Olea quien achaca al Coloquio de Invierno[5] una de las causas  de su despido del CNA: ¨Fue la primera crítica que se hizo en este país, por los intelectuales de más prestigio y otros invitados de fuera, al modelo económico del neoliberalismo…probablemente yo no encajaba en un nuevo diseño político de prolongación a fondo de ese mismo modelo en el campo de la cultura.¨ [6]

         Con Rafael  Tovar al frente del CNCA (1992-2000) en pleno salinato los intereses  del Estado se reflejaron en la pérdida de autonomía del INAH, del INBA y del cuidado por el patrimonio. El escaso presupuesto se canalizó en gran parte en  proyectos  de relumbrón como el Centro de las Artes[7]. Este proyecto sin estudio previo de impacto ambiental pronto agrupó a la comunidad de artistas en contra. Los fines del proyecto  anunciados  mostraban la improvisación y la ambición de los que ya se hacían dueños del desarrollo artístico de México.[8] Se quiso controlar las licencias en monumentos artísticos e históricos, fue cuando Tovar y de Teresa nombró encargado de licencias al arquitecto Juan Urquiaga que fungía tanto en Bellas Artes como en todos los monumentos históricos del país.

         Enrique Florescano a los casi dos años de haber salido del director ya casi pedía la extinción del INAH: ¨En el área del Estado deben quedar las funciones de conservación, catalogación, protección y mantenimiento del patrimonio cultural. Las de investigación en las instituciones académicas, y las de comercialización, financiamiento y promoción social en empresas dedicadas a esos fines  (…). Curiosamente, quienes más se oponen a una verdadera participación del conjunto social en el manejo del patrimonio cultural son los trabajadores de las instituciones culturales transformados hoy en sindicatos y gremios corporativos.¨[9]

         Los embates contra el patrimonio siguieron su curso en 1995 con Ernesto Zedillo ya como Presidente. Se hicieron ocho foros de consulta en  otras tantas ciudades  sobre Política Cultural y Desarrollo como base para elaborar el Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000. ¿Cuál fue el resultado de las 232 ponencias? Pues un párrafo de una escasa página de las 173 del Plan Nacional de Desarrollo. De nada sirvió tanta encerrona de un día con gente de toda clase de la cultura. Jorge Alberto Manrique criticó diciendo: ¨el interés del gobierno por la cultura es proporcional a las páginas que se le dedican en el Plan Nacional de Desarrollo.¨ Nada de lo que propuso en Zacatecas  Juan Bañuelos sobre las culturas indígenas.[10] Fue bajo el mismo presidente Zedillo que se  cerró Radio Huayacocotla que llevaba años transmitiendo para la zona indígena de Veracruz, [11] el mismo mandatario que negaría los Acuerdos de San Andrés sobre la cultura indígena.

         Durante 5 años se estuvo elaborando en secreto un proyecto de ley sobre el patrimonio cultural que permitía la privatización de los bienes incluyendo los arqueológicos, se permitía el coleccionismo y la comercialización de sitios y monumentos. Este proyecto presentado por el senador Mauricio Fernández Garza en el Senado no prosperó, pero el mismo Fernández Garza reveló que estuvo siendo asesorado en la elaboración del proyecto por Guillermo Tovar y de Teresa, el que post mortem sería tan alabado como defensor del patrimonio. Casi al año de los ataques de Flores Cano al sindicato, el senador  Mauricio Fernández Garza Presidente de la Comisión de Cultura del Senado dejó bien clara cuál debía ser la subordinación del Institutos como el INAH y el INBA, para empezar dijo era necesario un nuevo ordenamiento legal: ¨Creo que había que eliminar al INAH e INBA casi de  raíz con su ordenamiento constitucional como está y dejarlos en función de una nueva ley, con un reglamento(…) pero se me hace una aberración que Bellas Artes y Antropología tengan en un momento dado un grado casi de autonomía nacional.¨ Para el empresario y coleccionista compulsivo la cultura debe ser de exportación por ser la mayor riqueza nacional ¨aun por encima del petróleo.¨ Y sentenció ¨Si los sindicatos de Bellas Artes y Antropología están en contra de la cultura, deben desaparecer.¨[12]

         De acuerdo con la política salinista continuó Teresa Franco como directora del INAH donde se perpetuaría hasta el siguiente sexenio. Fue cuando quizá por primera vez un director general del INAH es denunciado judicialmente varias veces por los mismos trabajadores. El caso de Teotihuacán es un ejemplo del comercialismo de la zona y la complicidad de las autoridades. Ese era uno de los 12 megaproyectos de Salinas en zonas arqueológicas. Se planeó la Plaza  Jaguares con dinero adjunto de la iniciativa privada. El plan eran 4 edificios para 217 locales comerciales sólo en el área A,  a los que había que añadir más de  200 más en las otras zonas. Aparte de una plaza de artesanías nacionales y extranjeras se planeaba un Mall con boutiques, joyerías, restaurantes, bares, hotel de cinco estrellas. Pronto las uniones de comerciantes tradicionales protestaron y junto con el sindicato de académicos del INAH exigieron públicamente que se transparentaran las licencias y términos de las concesiones que Teresa Franco y el arqueólogo Matos director del proyecto habían dado.[13]

         En el CNCA se sucedieron ya en pleno neoliberalismo panista gente como Sari Bermúdez (2000-2006), Sergio Vela (2006-2009) y Consuelo Sáizar Guerrero (2009-20012).  De esos 12 años de panismo Hugo Gutiérrez Vela dice: ¨Los seis  años de Fox y los 6 de Calderón fueron un golpe fuerte a la cultura (...) como no querían hacer nada más y como sus secretarios o como se llamen del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, la señora Bermúdez y la señora Záizar no tenían la posibilidad de tomar iniciativas, lo que sucedió es que disfrazaron su ineptitud, su odio a la cultura, con un gigantismo totalmente desafortunado: obras faraónicas que al final no sirvieron para nada.¨[14] Ejemplos de esas obras la Mega Biblioteca y la Torre del Bicentenario. En palabras del mismo Hugo Gutiérrez Vega: ¨Durante 12 años el odio conservador a la cultura y al Estado laico rompió con esa tradición postrevolucionaria, y se disfrazó con un gigantismo absurdo y contraproducente.¨[15]

 

        

III      El modelo capitalista es expansionista, no respeta a la gente y sus tradicionales habitats, las selvas son para la ganadería y para proyectos turísticos; los pueblos habitados, ríos, y mantos freáticos son contaminados por incontables concesiones  mineras a cielo abierto. Para tener una idea de la depredación, el doctor Exequiel Ezcurra considera que para elaborar un Centenario de oro se necesita extraer 132 toneladas de roca, consumir 100 mil litros de agua dulce y 450 litros de combustible. Con esa agua se puede abastecer a 200 familias al día. Eso es lo que ha aprobado la SEMARNAT a una compañía canadiense en Los Cordones, Baja California: luz verde para extraer en 10 años 40 toneladas de oro a cielo abierto.[16]

         Se atenta directamente contra la existencia misma de los portadores de cultura como lo dijo dramáticamente el raramuri Juan Gardea de Norogachi en un foro en la Universidad  Iberoamericana  en 1993, un año antes de que el mismo Salinas nos llevara al primer mundo y los zapatistas le declararan la guerra: ¨El bosque ya no es nuestro. Las tierras son de los caciques. Nosotros los rarámuris nos hemos remontado a la sierra. Los animales también nos los ha quitado el cacique. Nos están acabando día a día, al último no seremos más que un recuerdo en la historia.¨[17] Eso fue en 1993 Año Internacional de los Derechos de los Pueblos Indígenas.

          Con Peña Nieto inaugurando una nueva fase más agresiva de modelo neoliberal no se puede esperar más que la privatización de los bienes nacionales que quedan, y para coadyuvar con su política vuelven al área cultural los mismos personajes de antaño: Rafael Tovar en el CNCA y Teresa Franco en el INAH.

 

IV   Ya más en concreto a lo que atañe a este Centro Regional del INAH, el impulso  postrevolucionario culminó con la ley de 1972 sobre el patrimonio que permitió en primer lugar poner fin a la destrucción de la ciudad en manos del Colegio de Arquitectos. Durante más de una década nadie se pudo recibir en Arquitectura pues los intereses de los constructores domiciliados en la Secretaria de Obras Públicas no aceptaban competencia alguna. El patrimonio construido de la ciudad y de muchos de los monumentos religiosos del estado fue posible su conservación por la acción decidida de la entonces Secretaria del Patrimonio Nacional. Fue cuando se restauraron ruinas que el Estado no había podido conservar: Santo Domingo, San Francisco, el Zócalo, Siete Príncipes, Santa Catarina, la catedral, etc.

         A partir de 1973 principio de este Centro Regional fue el fin del centralismo en varias ramas de la investigación y conservación. No volvieron a salir al centro del país piezas arqueológicas y se empezó hacer responsables a los municipios para que ellos conservaran su propio patrimonio arqueológico que salía de las siempre presentes llamadas denuncias de hallazgos. Desde la Dirección central de los Centros Regionales se aprobó que en este Centro Regional se hicieran publicaciones y se administran las ganancias localmente.  La idea era que cada centro fuera en la provincia un foco de investigación y difusión regional. Fue el comienzo de uno de los proyectos más importantes que se han llevado desde la provincia en todo el Instituto, el de los museos comunitarios. Este proyecto nació en Oaxaca y es ahora solicitado en varios partes de América Latina.

         La apertura de un Centro Regional ayudó a facilitar el intercambio y colaboración de investigadores nacionales y especialmente extranjeros. De particular relevancia ha sido la investigación arqueológica llevada a cabo por investigadores extranjeros que vinieron a revitalizar la arqueología donde había quedado con Caso, Bernal y Acosta. Oaxaca obtiene también primeros lugares en la investigación arqueológica de la antigüedad de la agricultura en Mesoamérica, y en estudios de superficie, de tal manera que a nivel mundial Oaxaca ha sido la más extensamente estudiada, más que Mesopotamia y Egipto. Esta convivencia académica de investigadores extranjeros  y nacionales ha beneficiado a Oaxaca con la apertura de nuevos sitios arqueológicos abiertos al público, conocimiento de las culturas loacales, y muy especialmente en la formación de nuevos investigadores mexicanos en varias disciplinas.

         Ese primer entusiasmo por la conservación que se había logrado con la nueva ley (1972) se reflejaba en muchos de los trabajadores que se empezaron a convertir en denunciantes voluntarios de obras clandestinas en la ciudad. La entrega de arquitectos oaxaqueños en la tarea muchas veces ingrata de  la conservación de la ciudad debe ser reconocida ampliamente. Aquí un recordatorio agradecido al Arq. Octavio flores Aguillón, al Arq. Vicente Nísino Lloret ambos ya difuntos y al Arq. Enrique Núñez Banuet. En Administración siempre estarán presentes en este Centro de trabajo la labor inicial de Lorenzo Gamio, Félix Villanueva  y muy especialmente de Jaime López. En las zonas arqueológicas fue el tiempo de vigilantes volantes entre ellos  Rafael Vásquez en todo el estado especialmente en la región de la Cañada, Carlos Jiménez en la de Etla,  Álvaro Arturo Ramírez de la región de Ocotlán - Zimatlán, Juan Bigueño en Yengola, Arturo Antonio Canseco en Monte Albán, Zenón Ramírez como auxiliar en la solución de problemas con personas de la ciudad y en varios conflictos en los municipios. La enumeración de colaboradores del  sólo se refiere a los primeros  años de la fundación del Centro Regional en Oaxaca y aun así está incompleta. Innumerables denuncias se hicieron por saqueos, y hubo detenciones carcelarias. Ese periodo se caracterizó por el apoyo directo de las autoridades centrales a los planes y proyectos de los centros regionales. Guillermo Bonfil tenía un valedor en la SEP, Aguirre Beltrán, y eso facilitaba el aumento de presupuesto al Instituto y los trámites a nivel de ministros[18].

     Pero así como se podía llegar a ciertas alturas encomiables también venían los descensos y la atrofia burocrática dados los vaivenes del régimen del que ya se ha hecho mención. El sindicato de investigadores cobró fuerza donde antes prácticamente pasaba inadvertido. Con una mentalidad estaliniana de sus dirigentes defendiendo al trabajador tuviera o no razón se dejó de avanzar substancialmente en la investigación y difusión de  resultados. El hecho de que el 90 % de los investigadores son titulares C, pero donde no hacen mayoría en el Sistema Nacional de Investigadores revela cómo el burocratismos les ha permitido ser parte de las comisiones mixtas, entre ellas la de evaluación al grado de que un escalafón de evaluación mal hecho y que favorece precisamente las horas asiento lleva prácticamente 30 años sin mayores cambios. Todos los logros sindicales económicos, la mayoría desaparecerán con la jubilación,  no han podido obtener la homologación  con IPN y los sueldos siguen estancados[19].

         Con Enrique Flores Cano el INAH sufrió la pérdida de independencia del Instituto. El director volvió a ser como en los viejos tiempos de Caso[20], y Bernal[21], un puesto para ascender políticamente, no para arriesgarse a antagonizar al gobierno. Flores Cano como comienzo reemplazó al personal de la Dirección del Jurídico del INAH, se fueron los que conocían de la ley de la materia y de sus deficiencias, todo un bastión de apoyo en la provincia en las intervenciones para parar obras o denunciar saqueos. Pronto se acumularon tres jurisprudencias que debilitaron substancialmente la fuerza de la Ley de 1972. Tan exitosa había sido antes la asesoría jurídica que su titular el Dr. Geertz Manero fue llevado a la PGR donde se creó para él por primera vez el puesto de Oficial Mayor.[22] Fue el comienzo  de una burocracia del Instituto  asentada en el D. F. que no volvió salir a visitar los centros regionales, situación por cierto que se ha prolongado durante los últimos 30 años. Las publicaciones del Instituto sólo se pueden conseguir en el D. F. en un país de 110 millones de habitantes. La institución que ha crecido enormemente en la parte administrativa y muy poco en la de investigación, al grado que de aquellos  mil y tantos trabajadores del Instituto al principio de la administración de Bonfil, hay cerca de 8 mil ahora contando a los innumerables ¨eventuales¨ es decir, los que no tienen plaza. Los con plaza son un indicio del envejecimiento de la institución dado el poco interés del gobierno por la cultura en general: este año sólo hay 10 investigadores con 5 años cumplidos de antigüedad, en cambio con cuarenta años cumplidos somos 38[23].

         El vacío de poder para hacer cumplir la ley localmente, ha llevado  a una parálisis en el proceso de denuncias y de licencias oportunas.  Y la pérdida de presencia del Instituto. Eso necesariamente tuvo que reflejarse en el deterioro de la ciudad y la falta de apoyos para tener una imagen digna ante la sociedad con la consiguiente pérdida de autoridad. El caso paradigmático fue la crisis del 2005 en adelante por la remodelación del zócalo, donde la responsabilidad del INAH brilló por su ausencia o mejor dicho por su anuencia. Hubo periodos en que varios de los conflictos con autoridades y particulares, lo mismo el otorgar  licencias de construcción  debían remitirse a México. Con frecuencia la misma PGR relegó las denuncias judiciales que se hacían aquí al centro de todo poder en este país de más  de 110 millones de habitantes. Ese centralismo afectó a muchos proyectos y convenios que se hacían en la provincia, es el caso de frustrado museo de Zaachila  cuando era posible que retornaran los hallazgos arqueológicos que ni exhibición estaban en el Museo Nacional. Fue tanta la falta de presencia del INAH en los centros de trabajo que otras autoridades tomaron la responsabilidad de dar licencias, este fue el caso de la  SEDUE cuando se  quitó el ciprés de la catedral de Guadalajara en 1992[24], lo mismo sucedió en Oaxaca ante la total ausencia de la entonces directora regional del INAH. Fue cuando Ramírez Vásquez  de la Secretaría de Obras Públicas (1976-1982), vino a darle la razón al  gobernador  y al presidente municipal de Oaxaca que habían empezado a ¨remodelar¨ la Alameda y a nivelar la gran plancha.

         Los directores regionales no quisieron  comprometer su puesto al ver que no había prácticamente comunicación ni apoyo desde las oficinas centrales, no al menos en los niveles  que se tuvieron digamos de 1972 a 1980s. Al respecto, no se puede menos de traer a la memoria el ejemplo de Manuel Gamio cuando fue nombrado subsecretario de Educación en el gobierno del General Calles, eran entonces tales los fraudes del Secretario José Puig Casaurar que Gamio los denunció. El conflicto se resolvió previsiblemente destituyendo a Gamio quien en sus propias palabras nos da ejemplo de cómo se puede uno indignar contra funcionarios que atentan contra el patrimonio:  ¨Sin vanidad ni fingimiento de ningún género considero que el cese que acabo de recibir y cuya expedición provoqué insistoriamente (sic), es para mí un acontecimiento altamente satisfactorio, porque gracias a él creo contribuir hasta donde me alcanza mi modesta esfera, a la rectificación de valores morales en la senda de la administración pública que me tocó cruzar, y a la dignificación de mis compañeros que viven como yo vivía fatalmente sujetos por la tradición al grillete del servilismo oficial. Con esta declaración pongo punto final al incidente de mi separación del gobierno del Gral. Plutarco Elías Calles.¨[25]

 

         A manera de explicación, este escrito ha querido reflejar el profundo cariño a la institución en la que he trabajado durante 40 años convencido que los fines por los que fue  creado el INAH son dignos de respeto y dedicación, que la responsabilidad en el trabajo es la única manera de justificar el sueldo y las prestaciones, que el cuidado del legado cultural del país está por encima de cualquier interés sindical o de las autoridades cuando éste sea en detrimento de la conservación y fomento de la herencia cultural de México. Poco se contribuiría a la merecida celebración del  aniversario si no hiciera también un examen crítico de la institución. 



[1] El reciente informe  ¿Ayudó el TLCAN a México? del Centro de Investigación Económica y Política (CEPR) en Washington califica el tratado ¨de un terrible error¨ como lo muestra cualquiera de los indicadores económicos y sociales. Por ejemplo, en el campo 5 millones de agricultores fueron desplazados entre 1991 y 2007. El PIB fue la mitad del promedio de américa Latina, el índice de pobreza permaneció igual que hace 20 años: 52. 3 %, La Jornada, febrero 13, 2014.
[2] Proceso, noviembre 30, 1992, No 839, Nota de Gerardo Ochoa Sandy.
[3] Proceso, diciembre 21, 1992, Nota de Gerardo Ochoa Sandy.
[4] Rodolfo Morales acusó al INAH de destruir el patrimonio porque no le permitía remodelar sus propiedades a su gusto, Proceso, enero 6, 1995, No. 950; el protagonismo de Francisco Toledo ver blog http://dialogosdesoledad.blogspot.com/.
[5] El Coloquio de Invierno fue organizado en febrero de 1992, por la Universidad Nacional Autónoma de México, la revista Nexos y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes para discutir los grandes cambios de nuestro tiempo.
[6]   Proceso, junio 12, 1995, No. 971. En el ámbito nacional el debate por los libros de texto de historia para alumnos de primaria siendo Secretario de Educación Zedillo en 1992 dio como resultado que se destruyeran  6 millones de libros gratuitos ya impresos. El caso ilustra ese papel libre e interesado de intelectuales al servicio del mejor postor, ver http://www.felipemoreno.com/zedilloylosintelectuales.htm.
[7] Este proyecto terminó por acabar la industria cinematográfica mexicana que si bien venía en declive había llegado  a producir 125 películas al año  y dar trabajo a 8 mil familias que de alguna manera estaban relacionadas con la industria, Proceso, marzo 29,1993, No. 856, Nota de Héctor Rivera. Para abril de  ese año habían sido liquidados 300 trabajadores, Proceso No. 909. El CNCA prefirió a la extranjera Cinemark que a propietarios mexicanos y además sin licitar el contrato para manejar los autocinemas durante 15 años prorrogables a 30, Proceso abril 25, 1994, nota de Héctor Rivera. El Arquitecto que diseñó ese proyecto Ricardo Legorreta fue el mismo que diseñó la plazuela del Carmen Alto aquí en Oaxaca donde tejían y vendían artesanías mujeres triques quienes fueron  desplazadas a la banqueta atrás de Santo Domingo; esa plazuela ahora es el sitio de artesanías hippies y de piratería de discos. 
[8] Ver Proceso Nos. 861, 871, 862, 872 del año 1993.
[9]  Proceso,  enero 3, 1992, No. 896, Nota de Gerardo Ochoa Sandy.
[10] Proceso, junio 5, 1995 No. 970.
[11] Proceso, mayo 15, 1995 No. 967.
[12] Proceso, octubre 9, 1995, No. 988, Nota de Roberto Ponce.
[13] Proceso, Nos. 916, 920. ¨A Teresa Franco se le demandó sindicalmente igual que a Matos y a Tovar y de Teresa y al mismo Salinas de Gortari por las plazas comerciales que comenzaron a desplantar en la zona arqueológica de Teotihuacán: el Corso, Gamio y Jaguares. Estas se localizaban en tres puntos distintos de la zona arqueológica, el Corso detrás de la Pirámide de la Luna, Jaguares en el predio de la Ventilla y Gamio en las inmediaciones del viejo museo de Gamio en las inmediaciones de la pirámide del Sol. La demanda se debe haber presentado en 1996 o 97. Luego yo en lo personal demande a Teresa por los permisos que dio para las llamadas cumbres Tajín, que después se hicieron extensivas a Sergio Raúl Arroyo, quien siguió con la costumbre de Teresa de dejar en manos de los gobernadores el uso de las zonas, arqueológicas, que también lo hizo con Chichen Itza con Pavarotti y por lo cual también la demandé¨ Enrique Echenique, comunicación personal, 02/18/2014. Ver para el seguimiento del caso, Proceso, enero 30. 1995, No. 952; febrero 13, 1995, No. 954; febrero 27, 1995, No. 956.
[14] La Jornada, Nota de Mónica Mateos-Vega, enero 17, 2014. Sáizar en el último año de Calderón en 2012 estuvo aceptando documentación por obras no cumplidas, el monto fue de 350 millones 478 mil pesos, La Jornada, febrero 23, 2014, Nota de Roberto Garduño.
[15] Ibid.
[16] Ivan Restrepo, ¨Intereses inconfesables¨ febrero 3, 2014: http://www.jornada.unam.mx/archivo_opinion/autor/front/41#sthash.0ISH5Hd0.dpuf. En 2012 en México se produjeron  96.5 toneladas de oro  con un valor de 68 mil 254 millones de pesos, pero según la Ley Federal de Derechos los titulares de concesiones pagan 5, 91 pesos semestralmente por hectárea durante los dos primeros años de concesión. La Jornada, febrero 9, 2014. Nota de Juan Carlos Miranda. Adolfo Gilly en el Seminario Internacional Derecho, Democracia y Pueblos en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM al hablar del despojo moderno causado por la globalización dijo que ¨rompe el ancestral vínculo del ser humano con la naturaleza.¨ Y explicó que la privatización de cuantos bienes se ha hecho arrasa con la biodiversidad, las creaciones intelectuales los saberes locales, los códigos genéticos, los espacios radioeléctricos y aéreos, la energía eólica, e inclusive con la sangre y órganos humanos, la biosfera entera y recursos necesarios para la vida, como el agua y las semillas. No es la maldad de nadie, es una fuerza abstracta cósica que conduce finalmente a la violencia bélica y al exterminio de pueblos, cultura, bosques, ríos, lagos, glaciares y cultivos milenarios, todos consustanciales a la vida humana.¨ La Jornada, febrero 13, 2014, Nota de Emir Olivares.
 
 
[17] Proceso marzo 8, 1993, Nota de Pablo Latapi.
[18] El CNCA creado por un decreto presidencial carece totalmente de la interlocución que se exige con los diversos ministerios que tiene que ver con los fines del INAH. La enumeración de colaboradores sólo se refiere a los primeros 10 años de la fundación del Centro Regional en Oaxaca y aun así está incompleta.
[19] En 1993 el INAH fue descubierto en su decadencia. La Contraloría General de la Federación detectó más de 10 cargos contra el Secretario de Administración, el Coordinador de  Difusión y a varios administrativos por desvío de partidas presupuestales, abuso de atribuciones, nepotismo, enriquecimiento ilícito durante la administración del Director General Arqueólogo Roberto García Moll. Algunas cantidades dudosamente comprobadas ascendían a  varios cientos de millones de pesos. Aquí en Oaxaca, durante ese mismo periodo de tiempo, la Contraloría Interna del INAH selló las oficinas del Director Regional y despidió a coludidos con agentes de turismo que escamoteaban millones de viejos pesos de  las entradas de Monte Albán y otros sitios.
[20] Alfonso Caso fue Jefe de exploraciones en la zona arqueológica de Monte Albán (1931-1943); Director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (1939-1944); Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México. Candidato a la presidencia por parte del PRI en vez de Adolfo Ruíz Cortinez. Sin embargo los últimos veintidós años de su vida los pasó como Director del Instituto Nacional Indigenista, donde dio a su hijo contratos para construir  los nuevos centros coordinadores que se abrían. Como nostalgia de un pasado porfiriano a don Alfonso cuando llegaba con su chofer a las oficinas de Av. Revolución salía a recibirlo el personal del INI y cuando partía se volvía repetir el ceremonial acompañándolo hasta que partía el carro, (Ver Salomón Nahamad, ¨Una experiencia indigenista: 20 años de lucha desde investigador hasta la cárcel en defensa de los indios de México,¨ mecanoscrito,1988, pp.32). A la toma de posesión de Luis Echeverría no fue invitado ya, las malas lenguas dicen que eso le ocasionó la muerte.
[21] Ignacio Bernal  y García Pimentel fue entre otros sub Director del INAH (1958-1968), Director del INAH (68-71), Director del Museo Nacional de Antropología e Historia (1962-1968 y 1970-1977). Siendo Sub director el INAH Bernal trabajó en Yagul y Monte Albán. De estas dos zonas sacó piedras rodadas para construir la alberca y la barda de sus casa de campo en San Felipe del  Agua. Eso causó que fuera denunciado ante la PGR mucho antes que se iniciara el Centro Regional del INAH en Oaxaca en febrero de 1973. Bernal venía a fines de año trayendo secretarias de México para que atendieran la casa como sirvientas, en esos fines de año solía invitar a altos funcionarios, entre otros, de la embajada americana. Ya en tiempo de Bonfil como director General  en los 70s. y siendo Bernal Director del Museo de Antropología, en una recepción en la embajada, el embajador americano agradeció a Bonfil  ¨por las piezas arqueológicas que le había obsequiado el Dr. Bernal.¨ (comunicación personal de varios directivos del INAH en 1973). Esa afición por disponer  de piezas arqueológicas se había mostrado antes, cuando vendió otras para subvencionar los gastos de su boda a la Sra. Troumotille, una coleccionista de la ciudad de México como ella misma relató al que esto subscribe. Del círculo familiar de Bernal es Pedro Aspe quien siendo Secretario de Hacienda durante el periodo de Salinas, fue cuando se hicieron la mayoría de las privatizaciones, una de ellas la que FONATUR pretendió al querer vender  el ex convento de Santa Catarina de Oaxaca.
[22] Para algunos efectos de esa administración en Oaxaca, ver ¨La basura de la administración anterior,¨ en Patrimonio y derechos Indígenas: Tareas pendientes, Oaxaca, Carteles Editores, 2001: 14-15.

[23] Reconocimientos de Estímulos por Antigüedad 2013‏, INAH. Son sólo 167 investigadores con derecho a estímulo por tener de 5 a 55 años de antigüedad.

[24] Proceso noviembre 2, 1992 No.835, Nota de Felipe Cobián.
[25] Excelsior 8 de junio de 1925, citado en Nahamad op. cit. p. 7, ver n. 20.