lunes, 19 de diciembre de 2011

IN MEMORIAM: Mardonio Morales, S.J.


Mardonio Morales: Un legendario luchador social
Manuel Esparza

Hace un mes y medio murió en Coyoacán este jesuita a la edad de 82 años. Los efectos de mal puestas radiaciones y el Parkinson por fin acabaron con este incansable conocedor de la selva lacandona. Entre los tseltales de Chiapas se comentaba cómo Mardonio prefería andar a pie en vez de montar mulas porque decía que así avanzaba mejor en el  lodo y por los desfiladeros. Llegó a Bachajón en 1964, 30 años antes del levantamiento zapatista. Esos primeros años en los Altos lo pusieron en contacto con la brutal realidad de los indígenas en las fincas de los terratenientes: ¨fue la época de la conversión, de la indignación ética, del compromiso total, ¨ escribió años después examinando cómo se radicalizó en defensa de los indígenas.
En carta personal cuenta  cómo en 1969 dejó Chilón ¨para encargarme del territorio que se empezaba a abrir a los nuevos ejidos: las Tierras Nacionales. Sin dejar los procesos iniciados en Chilón y Sitalá, tuve el privilegio de recorrer palmo a palmo el territorio selvático que me tocaba, cuando aún la selva era virgen. También me tocó acompañar el proceso de destrucción de tanta hermosura y riqueza. Fui testigo presencial de la voracidad de los madereros de Chancalhá; de las torpezas de los programas oficiales para la ganaderización del territorio; de los robos de los Bancos oficiales y privados que esquilmaron a los ejidatarios y los dejaron cargados de deudas; de la contaminación de ríos y lagunas maravillosas; del ingente despojo de los ingenieros de la Reforma Agraria; de la lucha permanente de los nuevos poblados porque se les dieran los servicios más indispensables (agua potable, luz eléctrica, carreteras, escuelas, centros de salud); de los trabajos de Pemex para exploración; de la explotación inmisericorde de la venta de aguardiente; de los programas de Inmecafé que destruyó grandes extensiones de café con su política de fertilizantes; en fin, fui testigo de la represión oficial por el crimen de exigir que las Autoridades Municipales dejaran de robar…¨

Este era el legendario sacerdote que supo juntar el compromiso con la causa indígena y su vocación pastoral. Ambos ¨servicios¨ como él  los llamaba necesariamente iban a chocar de frente contra los intereses de los finqueros y gobernadores por un lado, y por otro, con la oposición de la iglesia católica tanto de los jerarcas como de agentes de pastoral opuestos a la Teología de la Liberación. En más de una ocasión contó cómo fue amenazado de muerte por aquellos que veían sus intereses afectados. 

Testigo de cómo se iban armando los zapatistas antes del levantamiento no podía menos de reflexionar sobre el movimiento en su carta de fines de 1994: ¨ Cuando se da una agresión injustificada se pueden tener acciones de legítima defensa. Yo considero que es posible llegar al momento de decidirse por tomar incluso las armas, cuando la agresión amenaza la vida y no existe otra posibilidad de defensa de la vida(…) En Chiapas y en muchas regiones del país, desde siempre (pero ahora más cruel y definitivamente) se ha seguido un camino de destrucción de los indígenas y campesinos pobres. Es y ha sido una guerra de destrucción, de dominio, de extinción. Ante esto, muchos consideran que no queda otro camino que el de la legítima defensa por las armas(…)

La opinión que tengo de ellos (zapatistas) es de personas que ante la opresión existente se han decidido por la acción armada, con gran valentía y sinceridad. No comparto su modo de lucha. Siempre he luchado contra esta opresión e incluso he arriesgado mi vida por esta lucha. Pero estoy convencido de que no es este el camino. Estimo su valentía, pero no comparto su análisis.¨ (La información contenida en esta comunicación sirvió para que apareciera editada en PROCESO en diciembre de 1994).

No se puede menos de hacer una comparación entre dos personajes relacionados con Chiapas, Andrés Aubry y Mardonio Morales. Ambos amigos míos pero mucho más cercano Mardonio por conocernos desde estudiantes en el desaparecido Bachilleratos de Tacubaya. Cuando murió Andrés fue llamativo el número de esquelas y artículos que se escribieron especialmente por intelectuales simpatizantes de los zapatistas. Una conocedora de Chiapas comentó entonces que cuando muriera Mardonio nadie iba a escribir sobre él, ni habría esquelas en los periódicos. Este parece fue el caso. Tanto Andrés como Mardonio  se comprometieron en exponer ante los medios la causa indígena, Andrés con más alcance por ser articulista de La Jornada. Los dos eran sacerdotes, uno lo confesaba abiertamente y se alegró hasta el fin de su vida de haber tenido el privilegio de ayudar a  crecer la Iglesia Autóctona en Chiapas. Andrés más precavido de la mochería coleta  de San Cristóbal prefirió ocultarlo para poder desarrollar su papel crítico de la suerte injusta de los oprimidos de Chipas y en defensa del movimiento zapatista. No poco le ayudó a fincar su perfil como intelectual el hecho de ser extranjero. La huella de Mardonio, en cambio,  está en los corazones de los indígenas que lo vieron hablando su lengua y acompañándolos durante 47 años en su exilio de los Altos a Tierras Nacionales: caravanas de familias arrastrando durante días sus pocas pertenencias y animales en busca de la Tierrra Prometida en la selva, de dónde una y otra vez los poderosos los quieren sacar. Se fue su defensor quien confidencialmente escribió: ¨Me lancé en noviembre de 1971 a una amplia denuncia de la opresión agraria, laboral y judicial (...) Recorrí cuantas oficinas existen para el tratamiento de estos problemas, traduje la ley agraria al tzeltal, di con mis compañeros innumerables cursos para hacer conciencia y capacitar a los tzeltales. Acompañé a Comisariados y Líderes sociales en una lucha abierta y leal. Me tocó con otros compañeros iniciar el Congreso Indígena de l974 hasta llevarlo a su realización. Un dato interesante: a mí me tocó redactar los documentos que salieron del Congreso: Denuncias y Conclusiones¨.

Examinando lo que sucede en Chipas, donde recientemente fue grabado con letras de oro  en el Congreso el nombre de un gobernador que junto con su hermano el poeta se opusieron frontalmente al obispo Ruíz y ahora con el otro Sabines que sigue los pasos de sus parientes, cobra sentido el resumen que hizo hace años Mardonio de la situación  zapatista:      ¨Lucha cruel e inútil en cuanto a lograr un cambio estructural en los opresores. Lucha fecunda en la formación de la conciencia de los oprimidos¨.

miércoles, 19 de octubre de 2011

IIISEO notas para la historia del indigenismo

El IIISEO, notas para la historia de una etapa del indigenismo en México
Entrevista a Hilario Aguilar y a María de los Ángeles Romero, septiembre, 2011.
La ocasión de esta entrevista fue la serie de comunicaciones que se dieron con motivo del reconocimiento en Estados Unidos a Salomón Nahamad. Lo que detonó la conversación primero fue una conversación en la que le contaba al antropólogo Hilario Aguilar que Salomón había respondido a mi Blog pero quería que eso no saliera al público en Internet. En concreto Salomón decía en ese comunicado que él sí había escrito varias veces contra la política indigenista y citaba las publicaciones. Hilario entonces comentó que eso parecía una justificación tardía, y añadió que esa respuesta se parecía a la defensa que se hizo por parte de la directiva del IIISEO negando que su política hubiera sido nociva para la causa indígena.
Eso dio pie a que en semanas posteriores Hilario de visita en Oaxaca accediera a retomar el hilo de esa primera conversación. Ésta tuvo lugar en San Felipe del Agua en septiembre de 2011 participando también Ángeles Romero Frizzi.
Habla Hilario: En el IIISEO había varios niveles. Ma. Luisa Acevedo era la encargada de la Licenciatura, Enrique Gómez Levi de los Técnicos y Roberto Cervantes de los Promotores que incluía a los niñitos también. La actitud de cada uno de ellos era muy diferente, mientras Gómez Levi trataba ya con adultos o adolescentes entrando a la adultez, Roberto trataba con niños y trataba a los Promotores  como infantes, como de su propiedad. María Luisa era la clásica funcionaria fría, institucional con los licenciados, y cualquier reclamo lo tomaba como agresión, como un ataque; eso propiciaba que entre los profesores se diera una separación por los puntos de vista de unos y otros y la forma de tratar a los alumnos, unos que queríamos la apertura, la igualdad y la confianza, y los otros la institución, así, cualquier queja de los estudiantes lo veían mal. Era muy clara esa distinción, al grado que convivíamos nosotros mucho más con los estudiantes, no en el Instituto sino fuera, y nos buscaban más y nos tenían más confianza.
    Gómez Levi era parte del equipo, de hecho lo tomaban como cabeza del grupo disidente. Vivíamos varios en el departamento en la calle de Morelos, cuando salíamos del Instituto en la tarde ahí llegábamos a comer, nos juntábamos Eduardo Celorio, Miguel García Olvera, Gómez Levi, la Chacha (Lourdes Ross) y yo, éramos cinco. La Chacha tenía cuarto los demás nos apretábamos en otro y en el cuarto de servicio en la azotea. María Ángeles Comesaña no vivía con nosotros pero era otra de las que pensaban igual.
            Lo significativo era que ahí analizábamos más fríamente y discutíamos  qué medidas tomar para darle continuidad al proyecto y defender nuestra posición. No sé a quién de los integrantes de ese grupo se le ocurrió que invitáramos al sobrino de Gloria Bravo Ahuja, la directora general, que era como el bedel del internado para los promotores para contarle que su tía no estaba haciendo las cosas de la mejor manera. Las decisiones del Instituto las tomaban Gloria Bravo Ahuja, Margarita Nolasco y Beatriz Garza Cuerón que era investigadora de El Colegio de México igual que la Bravo Ahuja. Las dos y Roberto ya murieron.
Pero volviendo al departamento, pues iba ese sobrino e ingenuamente comentábamos ante él lo que estaba pasando. De esa manera la Bravo Ahuja tenía la información directa de lo que pasaba junto con la que proporcionaban algunos alumnos manipulados por Roberto y María Luisa, pues era claro el control que tenían sobre ellos, pero era un control de miedo, no tanto que los muchachos comulgaran con sus ideas. Una señora María dirigía el internado, pero Roberto y María Luisa eran los que mandaban, pues esa señora tenía sus limitaciones, era más bien la mamá, la abuela de esos niños y los protegía,  era la del clásico paternalismo. En cambio, Roberto y María Luisa usaban la información del internado para controlar y para ganar bonos ante la directora. Toda la situación no era abierta, llegó a ser muy tenso el ambiente.
María de los Ángeles Romero interviene: Recuerdo que hubo un festival, y uno de los alumnos de más izquierda se puso a alabar a la Sra. Bravo Ahuja, eso fue muy desagradable. De eso resultó que se discutió si se expulsaba a ese alumno.  Sí, cuando estuve ahí- continúa Ángeles- había esa tensión, pero creo que cuando salí continuó. Ángeles explica que ella trabajaba para el INAH y su comisión en el Instituto fue para un semestre. Todo fue porque vine a trabajar, -sigue Ángeles- en la instalación del  nuevo museo en Santo Domingo que antes estaba en la Alameda, yo dependía de Mercedes Olivera en la parte de etnohistoria, pero aquí traté a Margarita Nolasco encargada de etnografía y así, a veces me mandaban a los pueblos a comprar objetos. Margarita me invitó al Instituto y di dos cursos, uno a los Promotores y otro en Licenciatura.
            Aquí se aclara entre los dos entrevistados que el primer nivel era de niñitos, luego el de los Promotores que eran jovencitos de nivel de sexto de primaria. A estos Ángeles les enseñó la teoría de Aguirre Beltrán sobre zonas de refugio. ¨Claro que no entendieron ni madres…¨ añade. Todo el libro se les dio en dos clases… entonces les hice un pequeño examen para ver qué habían aprendido, cuando leí sus respuestas vi que no habían entendido nada. Entonces volví a  explicarles, y eso ya me llevó todo el semestre mostrado punto por punto las causas de la situación de las zonas de refugio. El otro curso (a los de licenciatura) fue sobre organización social.
Hilario enseñó desarrollo de la comunidad, un programa de la ONU e historia de México. Cuando salió Gómez Levi no había quien diera las clases, y los alumnos pidieron que fuera Hilario, pues ya se sentía la presión y el disgusto en el plantel. Entonces lo nombraron coordinador de esa área de licenciatura, no recuerda bien cuándo, pero María Luisa que era la coordinadora se había ido a México por problemas de salud de su hija. Según parece es cuando ella se va a México y entra a trabajar en el INAH (donde todavía está) en el DEAS y se aplica a las oficinas del IIISEO que se trasladaron al Carmen, en San Ángel. Allá es donde fue a parar todo el material lingüístico. María de los Ángeles comenta que el material de investigación lingüístico del Instituto era de primera. Los promotores hacían grabaciones en sus idiomas. Héctor Díaz Polanco, Gonzalo Celorio (hermano de Eduardo) y Beatriz Garza fueron algunos de los que continuaron el proyecto personalista de Gloria Bravo Ahuja.   
Hilario estuvo pues de coordinador de licenciatura un poco de tiempo antes que saliera definitivamente del Instituto ya por presiones políticas. Después de su salida no sabe cuánto tiempo más duró el Instituto, cree que hasta que terminaron los alumnos la licenciatura. Sí se graduaron al menos algunos, pero hubo dificultades porque no les reconocían el título. Sí se examinaron después de presentar sus tesis, pero no se conseguía el reconocimiento de los títulos y ese era otro ingrediente del descontento especialmente en el grupo de los licenciados. Ellos eran alumnos con más experiencia y más conscientes para poder exigir sus derechos y que estaban en condiciones de reclamar. Dos alumnas sobresalían, Rosalba y Edith la actual directora del Tecnológico Agropecuario que fue la institución que se quedó en el local del extinto IIISEO. En el caso de los Técnicos sobresalieron Mario Ortíz y Jorge Bourguete.
            Comentan los entrevistados que para muchos alumnos aquello era la única oportunidad de salir de su comunidad y la pobreza y eran conscientes de ello, pero eso los ataba a la institución y no iban a ser críticos del pesebre que tenían, pues las instalaciones eran muy buenas en dormitorios y comida. Hilario aquí comenta que era contrastante lo que Margarita hacía con su fama de izquierdista y por otro lado prestándose a toda esa situación en el Instituto. Acepta, sin embargo, que todos los que enseñaban eran corresponsables de lo que sucedía, pero no de la misma manera, ellos no formaban parte del descarado sometimiento, hasta los contrarios los llegaron a acusar de haber sido la causa de la interrupción del proyecto del IIISEO. ¨Había cierta conciencia y procurábamos manifestarla y crearla. Sí, ahí trabajamos pero no a costa de la ignominia o de ir contra nuestros principios¨.
Pasando el tiempo, ya constituido el CIESAS en Oaxaca, y siendo Salomón Nahamad su director hubo un grupo de promotores bilingües incrustado que años después lo disolvieron, entre ellos estaba uno salido del IIISEO, Manuel Ríos, que venía precisamente del nivel de licenciatura. Mario Ortíz del que se habló antes llegó a ser doctor de El Colegio de México.
            Hubo otro proyecto de etnolingüística impulsado por Luis Reyes y en él estuvo metido también Salomón antes de venir al CIESAS de Oaxaca, ese proyecto se desarrollaba en Pátzcuaro y Tlaxcala. De ahí viene entre otros Julián Caballero. Cuando se abre la licenciatura en Sociología en la UABJO (1973) por gestiones de Raúl Benitez Centeno de la UNAM algunos del IIISEO son ahí admitidos como Felipe Martínez y Mario Ortíz, estos  dos también tuvieron que ver en el movimiento posterior de los promotores rurales, muchos lograron que les reconocieran los estudios y entraron a la SEP con plazas en Educación Indígena, entre ellos Julia Noriega a quien Ángeles la entrevistó a raíz del movimiento del 2006 contra el gobernador Ulises Ruíz. Julia contó cómo tenían que ir a México a pelear por el reconocimiento, ella lo logró, después consiguió que le dieran plaza a nivel de Educación Normal.              Otro egresado con empleo fue Eleazar de los técnicos a quien apadrinó Hilario en su boda. Este Eleazar fue muy activo aun después de haber terminado el Instituto. Hilario propone que se entreviste a algunas de las personas que se llevan mencionadas para tener una idea más redondeada de la historia del Instituto. Con uno que aconsejan hablar es con Alberto González Pintos. Pintos era ultra radical, se enfrentaba con la dirección de frente, sin rodeos. Después que salió Gómez Levi, González Pintos se convirtió en el chivo expiatorio, se le acusó de ser la cabeza del movimiento. Una vez que González Pintos salió, siguió en contacto con algunos de los promotores que estaban buscando la inserción en la SEP, siendo Carlos Moreno entonces  director del INI de Oaxaca. Hilario hace tiempo que no ve a González Pintos, sabe que vive en Cuernavaca. Con el que tiene más contacto es con Gómez Levi y cree que éste ya tiene algo escrito sobre todo este tema. En opinión de Hilario éste es un hombre muy sistemático, muy académico y derecho. Estela Rodríguez era una de las lingüistas asociadas al proyecto del IIISEO que vinieron del Tec de Monterrey.
            Hilario dice que Margarita Nolasco siempre fue muy cortés con él, y que lo apreciaba, él no tuvo dificultades personales con ella. Sí le extrañó que años después tanto ella como María Luisa Acevedo hayan publicado algo tirándole al grupo disidente y echándoles la culpa del fracaso del proyecto. Le extraña porque él la tenía en un concepto diferente aunque sí se daba cuenta que defendía su puesto con la Bravo Ahuja y su plaza en el INAH, pero de todos modos la tenía como una mujer progresista más que de izquierda. Pero lo mismo pasaba con Enrique Valencia, Arturo Warman, incluso con Guillermo Bonfil, nadie es tan puro excepto- coinciden los dos entrevistados- Mercedes Olivera que sigue muy coherente con sus principios y trabajando con organizaciones indígenas en Chiapas, vive en una forma muy sencilla, muy humilde, vive de su sueldo de maestra en la Universidad de Chiapas, nada de huesos. Creo –dice María de los Ángeles -que ella fue la única de su generación que desde joven fue muy coherente con sus ideas.
Reflexión general. Siendo el Ing. Víctor Bravo Ahuja Secretario de Educación y muy al estilo del nepotismo mexicano se facilitó la creación del proyecto que dirigió su esposa en Oaxaca.  Ese proyecto estaba inscrito dentro de la política indigenista integracionista. Su mismo nombre es un indicio: Instituto de Investigación e Integración Social del Estado de Oaxaca. El título que se daba era en Licenciatura de Integración Social. Si bien los teóricos y la administración del Instituto abiertamente no aceptaban que se estuviera haciendo integracionismo, la práctica era otra. Se empezaba sacando infantes del seno de la familia para vivir en internado aprendiendo español. Se traía jóvenes que no habían terminado la primaria, esos eran los Promotores. Hasta los hijos del personal de la recién inaugurada embajada de China en México después de la restauración de relaciones fueron enviados a ese internado para aprender español. Se llegó a presumir en ese tiempo que el IIISEO iba a ser la primera universidad indígena de México. Esto en contraposición de la Escuela de Desarrollo en Chipas del INI que estuvo dando cursos a nivel de licenciatura para formar antropólogos de varios países latinoamericanos. Mercedes Olivera fue la directora de esa escuela acompañada de varios colegas entre ellos Roberto Varela, Patricia Arias, el que esto escribe entre otros profesionistas. Esa fase de la Escuela terminó con la renuncia de los profesores en 1972. Era entonces Salomón Nahamad director adjunto del INI, y Aguirre Beltrán el director general. Pero esa es otra historia en espera de ser más conocida.
Manuel Esparza
INAH Oaxaca

domingo, 31 de julio de 2011

Jan de Vos In Memoriam

Jan de Vos

In memoriam

Manuel Esparza

Si la vida es una travesía en el mar en el que hay que cambiar de embarcaciones para llegar al destino final, la experiencia de Jan de Vos es un ejemplo de lo que nos sucede a todos los que andamos en las mismas aguas: cambiar de barcos seguros y potentes a veleros y no pocas veces a lanchas de motor que a veces se quedan sin combustible.
    Con la seguridad  filosófica y teológica de un confortable crucero durante dos  tramos de su navegar Jan llegó a la mitad del océano. Ahí hubo que cambiar de embarcación, el crucero ya no daba la estabilidad que buscaba para enfrentar las nuevas tempestades. Todavía más incierto fue el emprender de nuevo el viaje a los 50 años de edad en aguas seculares: las de la academia, la cátedra, la publicación de textos que develaban realidades históricas de pueblos sometidos.  
   Conocí a Jan cuando todavía era jesuita y se dedicaba a la pastoral indígena en la Misión de Bachajón, Chis., en 1974. Me llamó la atención su formación intelectual. Estando en confianza y hablando de nuestros mutuos caminos diversos en la vida, le dije que él debería dedicarse al mundo académico y dejar “la sacramentaliza”, era otra forma de realizarse, de dar testimonio que tanto le importaba a él. No lo tomó a mal, al menos no me mandó por la borda de regreso por donde había venido.
   En ese mismo año o al siguiente lo invité a venir a mi barca, bueno al Museo Regional de Antropología  en el ex convento de Santo Domingo de Oaxaca. Esa fue la primera conferencia de Jan en su vida como historiador como contó años después.
   Las veladas muy esporádicas cuando pasaba por Oaxaca eran los suficientemente humanas para entrever los cambios que tenía que hacer de embarcaciones, estas ya no del estado sacerdotal y célibe al de un profesional casado, sino otros cambios más profundos y a veces dolorosos al confrontar la realidad con su formación anterior. El resultado fue una actitud crítica de la autoridad religiosa, de la evangelización que se practicaba  en Chiapas, actitud que empataba con su saber y disciplina de historiador, pero que también lo llevó a ser conservador ante los cambios más radicales tanto en la esfera religiosa como en los sociales.
  El confesó, en uno de esos encuentros en Oaxaca, no haber estado de lado de los misioneros radicales de Bachajón, y que  no entendía la Teología de la Liberación, esto último con un dejo de eurocentrismo también reflejado en su análisis del resultado de años de evangelización en Chipas, donde decía que no había un clero autóctono, “todavía no existe una iglesia indígena mestiza, se trata de una iglesia neocolonial…los cuadros mayores de la Iglesia llegan, hasta la fecha, de otros lugares.” ( La Jornada, 2 de mayo, 1997). El mismo que hablaba varios idiomas de Europa, después de casi 10 años de estancia, no aprendió algún idioma nativo.
   Siempre tuvo dificultad en aceptar al obispo Samuel Ruíz, alguna vez se mofó de los que propusieron a Samuel para el Nobel de la Paz. En <<El desastre pastoral y doctrinal de Mons. Samuel Ruiz>> (ESLABONES, Nú. 14, 2001)[1] escribió que <<catequizar con el materialismo  histórico  a partir del año  80 son las causas del desastre de la diócesis>>. Para explicar su afirmación cita la tesis de Reyna Coello sobre las etapas de catequización en la diócesis:<<En 1980 se utilizan en el análisis y en los cursos de catequistas elementos del materialismo histórico y los agentes de pastoral empiezan a tener una formación más sólida en el campo de las ciencias sociales, especialmente en la sociología y la antropología y utilizan de esas disciplinas ciertos instrumentos para darle mayor coherencia, inteligibilidad e integridad al proceso>>.  A esto Jan de Vos lo llamó lamentándose  <<el caldo de cultivo>> que propició la instalación en 1983 de los iniciadores del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.>>.Tampoco aceptaba a los zapatistas a pesar de haber participado como historiador en la Mesa sobre Derechos y Cultura Indígenas convocado por EZLN en 1995. Algunos de los dirigentes habían sido alumnos de él, sin embargo, no sólo desaprobó la formación catequética que los llevó a involucrarse voluntariamente en dicho movimiento, sino que se congratulaba de la intervención de Roma diciendo <<Con cuanta sabiduría y autoridad escribió el 28 de septiembre de 1993 el cardenal Bernardin Gantin, entonces Prefecto de la Congregación de los Obispos una carta dirigida al obispo Samuel Ruiz cuyo último párrafo dice textualmente: “Por consiguiente, se subraya la absoluta imposibilidad de parte de la Santa Sede de consentir que en San Cristóbal de las Casas continúe una situación doctrinal y pastoral que se considera en abierto contraste con lo que exige la unidad de la Iglesia”>>. 


   Su conservadurismo quizá lo llevó contradictoriamente a tratar ingenuamente al poder. En 1994 vino otra vez a Oaxaca a hacerme el favor de presentar junto con Carmen Boullosa un libro sobre la fundación de la ciudad de Oaxaca. Por cierto llamó la atención que Jan en vez de comentar el libro leyera un ensayo sobre el oficio del historiador que después publicaría como Decálogo del historiador (DESACATOS 15-16, 2004: 222-236). No se supo si lo hizo para enseñarle al autor del libro comentado que aprendiera a escribir… o porque no tuvo tiempo de leer el libro. El caso es que después de la presentación, me contó que acababa de ir a la Presidencia invitado a hablar sobre lo que acontecía en Chiapas en reunión privada con el Jefe de la Oficina de la Presidencia  José Córdoba Montoya y Arturo Warman. Tan no estaba contento por haber aceptado esa invitación que me pidió no difundirlo. En otra ocasión, sin embargo,  estando varios presentes nos dijo que habían sido dos veces las que había él acudido a las oficinas del intrigante asesor de Salinas de Gortari, así que no revelo aquí ningún secreto.
   No todos los intelectuales son Saramagos, Gillys o Chomskys es, sin embargo, otra forma de activismo y compromiso el que pueden practicar: desenmascarar las versiones aceptadas de la larga historia de opresión de los pueblos. Esta fue la gran contribución de Jan de Vos a la historiografía crítica sobre los nativos de Chiapas.
   En el tráfico de la travesía marítima podía Jan de Vos y otros cercanos amigos tomar rutas ideológicas divergentes, a veces hasta en sentido contrario por donde iba él. Se podía gritarle desde donde uno iba y él siempre respondía, al menos agitando la mano. Contrario a otros intelectuales que se ofenden por la crítica a su labor, estoy seguro que Jan hubiera visto en este escrito que me puse a practicar en él lo que recomienda en su Catálogo del Historiador. Flaco homenaje se le haría presentando sólo elogios y dejando a un lado aspectos que halló conflictivos y hasta dolorosos en su esfuerzo por entender el mundo real en el que se sumergió en el último tercio de su vida.
    En las bitácoras de los capitanes se registran las coordenadas por las que van avanzando las naves, en la selecta bibliografía de Jan de Vos queda el registro de su viaje que mantendrá presente su recuerdo.


[1]http://cepos.org.mx/artman2/uploads/1/SP_006_12MAY01_A_15JUN01_EL_DESASTRE_PASTORAL_Y_DOCTRINA_DE_.doc)

viernes, 15 de abril de 2011

Reconocimiento internacional a Salomón Nahmad

Reconocimiento internacional a Salomón Nahmad

El pasado 29 de abril, en el Congreso Anual 71 de la Society for Appplied Anthropology, en Seattle, el antropólogo Salomón Nahmad fue premiado con la distinción de esa sociedad científica por su larga contribución profesional en el ámbito de la aplicación de la antropología a favor de las comunidades indígenas del país. Desde estas líneas se le manda una felicitación y se le dan las gracias por la oportunidad que ofrece a los colegas de reflexionar sobre el contenido de su discurso de aceptación: ¨El papel de la Antropología en los cambios y retos del siglo XXI.¨
   A nadie se le escapa que en México como en el resto del mundo la desigualdad impuesta por el sistema financiero mundial afecta a millones de seres humanos, desde la explotación de mano de obra barata hasta el despojo de recursos naturales de otros países por invasiones disfrazadas de intervenciones humanitarias. Ante esta realidad se pude preguntar cuál es el papel de las ciencias sociales, en concreto de la antropología, en la comprensión de los problemas y en la aportación de soluciones. Se antoja que a nivel de economía mundo es muy limitado el efecto que puede ejercer cualquier antropólogo, sus  aportaciones  tradicionales, en cambio, han sido los estudios de comunidad,  de grupos étnicos, de  minorías en el medio rural y urbano entre otros.
   La reflexión que se impone ante la distinción a un colega, es si la antropología  aporta algo nuevo ante ¨los cambios y retos del siglo XXI,¨ como dice el título de la ponencia de Nahmad. Para el homenajeado ¨la antropología social aplicada es, en el fondo, una ciencia crítica de los modelos culturales que aparecen, al estudiar el orden social…¨ Y toda crítica abarca los aspectos laudatorios como los negativos del actuar de las instituciones y de los individuos responsables de implementar ¨modelos culturales¨ que afectan el ¨orden social¨ de las comunidades y minorías, especialmente de los pueblos indígenas de México, modelos a los que se refiere Nahmad cuando afirma que han fracasado ¨los proyectos de desarrollo implementados y dirigidos hacia las regiones indígenas, queriendo sustituir su cultura en vez de desarrollarla (sic).¨
   De las mismas afirmaciones de Nahmad, entonces, veo que su reconocimiento fue, en parte, por adelantado, que aún nos debe la crítica negativa de la política indigenista mexicana. Salomón Nahmad es un testigo privilegiado de dicha política que él mismo llama ¨integracionista y aculturativa¨, desde el tiempo de Alfonso Caso hasta después de Gonzalo Aguirre Beltrán, dos figuras históricas del indigenismo oficial. Alguna vez le dije, hace años, que él debía escribir esa parte de la realidad con pelos y señales. Me respondió que sí, que él tenía el archivo en su casa (archivo de los años que fue funcionario del INI y de Educación Indígena de la SEP). Al paso del tiempo, y al volverle a recordar un par de veces, respondía que no podía escribir, que estaba amenazado y temía por su familia. No elaboró quién y por qué lo amenazaban, no insistí más.
   Debe ser difícil evaluar una larga experiencia en el indigenismo oficial, especialmente contar la connivencia que se dio entre el gobierno y el INI en situaciones de despojos de tierras para grandes proyectos de desarrollo,  de los abusos de varios ingenieros, abogados y demás profesionales del INI a las comunidades indígenas en la morosidad en hacer deslindes y arreglar conflictos por límites de tierras; la venta de plazas para los promotores bilingües, el caciquismo que se creó, con frecuencia, entre los mismos promotores, el papel de los altos funcionarios en la educación ¨bilingüe y bicultural¨ o falta de ella; el origen y desaparición del IIISEO (Instituto de Investigación e Integración de Oaxaca) que se presumió como la primera universidad indígena del país, y que entre sus cuestionables acciones, los antropólogos experimentaron con niños de escasos años de edad sus métodos de castellanización teniéndolos internos y alejados de sus familias, ¿cómo fue posible que la instancia nacional indigenista no dijera nada?;  la Escuela de Desarrollo de San Cristóbal de las Casas es otro ejemplo de la política indigenista del INI, pero sin que se hayan dado aún razones de su fracaso; la política gubernamental de control político-social en la creación de Centros Coordinadores que sólo en el periodo de Echevarría (1972-1976) se hicieron 58, y un largo etcétera que incluiría aclarar definitivamente las causas atrás de las amenazas a Nahmad.
   Nunca es tarde para dejar un testimonio contundente de lo bueno y lo malo de la política indigenista que se siguió durante décadas. Así se lo desea una vieja compañera de Nahmad, la antropóloga Mercedes Olivera: ¨Ojalá que Salomón entienda que su tiempo es ahora y que lo que vivió nadie más lo puede escribir, serviría de aprendizaje para que las generaciones que vienen atrás de nosotros aprendan de la verdad y no de los mitos. Su satisfacción en ello sería el mejor premio que podrá recibir.¨

martes, 15 de febrero de 2011

Comentarios Historia de México, Presidencia de la República/FCE

Historia de México, Gisela von Wobeser (Coord.), Academia Mexicana de la Historia, Presidencia de la República/SEP/ FCE, 2010, pp. 288.
 Manuel Esparza

1.  Comentario al artículo de Miguel León-Portilla, ¨ Orígenes y
desarrollo de Mesoamérica,¨ pp. 45-73.
En el principio de este apartado hay dos visiones sobre la cultura olmeca, una que comenzó con Cobarrubias (Mexico South: The Isthmus of Tehuantepec, Knopf, NY, 1954) y que volvió a ser renovada por Diehl y Coe (¨Olmec Archaelogy¨, en The Olmec World: Ritual and rulership, The Art Museum of  Princeton University, Princeton, NJ., 1996:10-25) ésta ha tenido seguidores, entre otros, a los mexicanos Beatriz de la Fuente (Las cabezas Colosales Olmecas, FCE, 1875; Alfonso Caso, Ignacio Bernal; Enrique Florescano (Etnia, Estado y Nación, Aguilar, 1997:30-49). Para Diehl y Coe los olmecas dan inicio a todo el sistema simbólico mesoamericano(1150-500 a.C.). Esta es la posición de los defensores de la olmeca como cultura madre.
    La otra postura que mantienen entre otros Flannery y Marcus ven que el modelo de cultura madre no es apto para ninguna cultura en el mundo (¨Formative Mexican Chiefdoms and Myth of  the  ´Mother Culture´, Journal of Anthropological Archaeology 19,1-37(2000). Para estos autores se debe estudiar el proceso anterior a la formación de los estados. Hay un consenso en que las sociedades estaban organizadas en el Formativo por  Chiefdoms que unos quieren traducir por ¨Jefaturas¨, quizá mejor ¨cacicazgos¨: sociedades estratificadas de elite hereditaria con un jefe o cacique que extiende su autoridad a las comunidades satélites. 
    Los olmecas eran un conjunto de cacicazgos que surgieron, se desarrollaron y se colapsaron en variedad de pequeñas unidades  tradicionales.
   En México se llevó más de 1000 años antes que las sociedades formativas se volvieran suficientemente complejas para ser precursoras de estados. El crecimiento poblacional y administrativo resultó incapaz de ser administrado bajo el modelo de cacicazgo. Para 1500 a.C. las aldeas agriculturas se extendían desde la Cuenca de México hasta la costa de Chiapas. Algunas de esas aldeas, no todas, estaban organizadas como estados al principio de la era cristiana.
   Para 1,150 había cacicazgos en los Valles de México, Puebla, Morelos y Oaxaca, y en varias partes de Guerrero, Chiapas y Veracruz-Tabasco. No todos aceptan que para esa fecha haya habido ¨jefaturas¨ en el Valle de Tehuacán y la Cañada de Cuicatlán, en estos hubo cacicazgos modestos más tarde, por 600- 450 a.C. 
    La mayoría de los cacicazgos entre 1150-450 están en contacto frecuente, intercambiando bienes como la obsidiana, conchas de mar, espejos  de mineral de hierro. De Tlapacoya en la cuenca de México llegó cerámica a San José Mogote, y Oaxaca envió cerámica a Tlapacoya y a San Lorenzo, Veracruz. San José recibió tambores de concha de tortuga y de la región de San Lorenzo mejillones de agua dulce, también cerámica de Chiapas. La magnetita de Oaxaca se halla en Morelos y en San Lorenzo.
   El apogeo de la sociedad olmeca tuvo lugar entre 1150-300 a.C. Ahí se ve el proceso cíclico de los cacicazgos, por ejemplo San Lorenzo, quizá el centro más temprano olmeca, tuvo su auge demográfico de 1150-900 a.C., luego sufrió una disminución en su población, muchos de sus monumentos de piedra fueron desfigurados intencionalmente posiblemente por un cacicazgo rival, ¿fue La Venta?. La población se recuperó parcialmente entre 600 y 400 a.C. después se colapsó de nuevo y quedó abandonado por siglos, no llegó a ser parte de un estado. 
   Comparando el cacicazgo de los olmecas con otros alrededor del mundo  se ven muchos rasgos semejantes: grandes extensiones de dominio, algunas más grandes que las olmecas, por ejemplo Cahokia, un sitio Mississipio en Illinois, este en su apogeo en 1250 se calcula que tuvo 13 km. cuadrados (seis veces más que La Venta) y dos veces más que San Lorenzo. Se calcula también que Cahokia tuvo como área de sustento unos 3000 km. cuadrados; por 1400 se colapsó sin llegar a ser parte de un estado. Otros rasgos comunes son las estatuas de madera, cabezas colosales, jade labrado, montículos los hay más grandes, el mayor en el nuevo mundo está en Cahokia con Monks Mound de 30 m. de altura en un área de 300 x 212 m. Se trae a cuento Cahokia porque hace unas décadas se consideró también sitio de cultura madre, suposición ahora totalmente abandonada para dar paso a un conocimiento científico que hace ver el proceso simultáneo de un modelo múltiple de centros; la Mississipia se ve emergiendo simultáneamente con otras culturas locales en todo el sudeste.  
   En cambio, lo que no fue ¨primero¨ con los olmecas, fue el uso del estuco, ladrillos de adobe, plataformas de piedra que constituyen los tres materiales emblemáticos de la civilización clásica mesoamericana. Hay que añadir un cuarto: la agricultura de irrigación. Cuando esas técnicas constructivas llegaron a los olmecas, ya llevaban de uso en  las tierras altas de otras regiones varios cientos de años.
   Una fuerte afirmación de los centralistas es la existencia de un ¨gran  estilo de sistema de arte como símbolo sofisticado olmeca¨. Alegan que este estilo se expandió por todo Mesoamérica entre 1150 y 850 a.C. y sus principales componentes eran esculturas de piedra monumentales de tres dimensiones, figurines huecos representando bebés, y cerámica labrada tipo Calzadas. Esos elementos originarios de San Lorenzo se hallarán como exportaciones en otras partes incluyendo San José Mogote, Tlatilco, etc. etc. Esto es lo que dicen. 
   A eso responden los no pro olmecas como fundadores de una cultura madre que diversos estilos existían en México antes de que los olmecas fueran prominentes. Ya entre 1400 y 1150 México estaba dividido en por lo menos dos provincias estilísticas de cerámica. Una, era el rojo sobre crema en botellas, jarros, tazones y se hallaba en la cuenca de México, Morelos, Puebla, el Valle de Tehuacán, los Valles de Oaxaca y Nochixtlán,  y la cañada de Cuicatlán.  El otro estilo partía del anterior y se iba diluyendo al este de Tehuacán y Oaxaca hacia otro que enlazaba a Veracruz, Tabasco y Chiapas. De este estilo son los tecomates o jarros sin cuello. La decoración plástica que se le atribuye a los olmecas estaba presente en esos vasos ya desde 1400-1150. De hecho, para 1150 muchas decoraciones típicas eran tan panamericanas que los especialistas hablan de un ¨horizonte temprano,¨ pero los centralistas insisten en que los olmecas lo hicieron y lo impusieron en el resto. Pero eso no convence, primero, porque México no se convirtió en una provincia de un solo estilo entre 1150 y 850. Otra razón es que muchas de las características de la cerámica atribuida a los olmecas aparecen antes y más abundantes y/o también están  mejor hechas en Tlapacoya, Tlatilco, Las Bocas y San José Mogote que en San Lorenzo o La Venta.
   Los olmecas fueron prominentes en hacer diques en los ríos, en la escultura tridimensional y en construir montículos de arcilla coloreada. Pero volviendo a remachar la opinión idealizante de la cultura madre olmeca, ¿cómo es que Teotihuacán, ese sitio quintaesencial de la civilización mesoamericana del clásico no es una colección de montículos de tierra, plataformas de  arcilla coloreadas y cabezas colosales? O como dijo un arqueólogo, si de la cultura única madre irradió todo, ¿cómo es que no habla el resto  lo que hablaban los olmecas?
    La postura de León Portilla es una resurrección del difusionismo del s. XIX a la manera de los Kulturkreise (Graebner, Schmidt). Y como aquél es etnocentrista y discriminatorio: se concebía que sólo en unos cuantos avanzados sitios se pudo generar cultura y que desde ellos se difundieron sus características al resto del mundo. La implicación era que los demás eran tan atrasados que no pudieron tener desarrollos culturales originales, todo era imitación. Así está León Portilla al decir que ¨los olmecas irradiaron su influencia en diversos lugares de lo que hoy se conoce como Mesoamérica; es decir, el área geográfica donde se desarrolló una civilización originaria.¨ Y explica que se entiende por civilización originaria: ¨entendemos por esta la que surgió sin influencia de otros pueblos. A lo largo de la historia universal han sido pocas las civilizaciones originarias… sólo en Mesoamérica y en la región de los Andes centrales de Sudamérica nacieron civilizaciones originales.¨ No hay duda de su mentalidad de ¨círculos culturales¨ de la escuela alemana cuando reafirma que ¨la civilización originaria iniciada por olmecas se difundió hacia cinco grandes áreas culturales: las costas del Golfo de México, la zona maya, la de Oaxaca, la del Altiplano Central y, con menor intensidad hacia el occidente de México.¨
   Si bien lo anterior se discute aún por los seguidores de cada teoría, León Portilla no tiene pretexto en ignorar lo que se ha publicado sobre las fechas más antiguas mesoamericanas de agricultura en Oaxaca, una de las fechas más antiguas de escritura en San José Mogote, los estudios de superficie en el Valle de Oaxaca probando la existencia de sistemas de organización social en comunidades precursoras de los estados, es decir anteriores al apogeo de la cultura olmeca (1150-300 a. C.).  





2 Comentario al artículo de Enrique Krause ¨México  contemporáneo(1988-2008),¨ pp. 261-277.
Este artículo sobre la vida contemporánea tiene el riesgo natural de ser juzgado por los lectores con más rigidez por ser cada uno de nosotros testigos del presente y poder opinar así, si estamos conformes con la pintura que hace Krause del periodo que cubre desde Salinas al de Calderón.
   El capítulo está dividido en diez apartados. El primero, se intitula ¨Transición a la democracia,¨ y a juzgar por el espacio que le da el autor en comparación de los otros, es claro que lo considera el más relevante.  Es entonces el concepto de ¨transición¨ de una situación supuestamente no-democrática a otra que sí lo es, el que se presta a las primeras críticas. Detrás de las afirmaciones del autor a lo largo de su capítulo, se puede ver una ideología neoliberal conservadora en su interpretación de los graves problemas de México. Es una historia oficialista en su conjunto salpicada de medias verdades.
    Empieza alabando los dos ¨milagros¨ de 1989: la caída del muro de Berlín, y ¨la adopción generalizada de la democracia en América Latina,¨ señala que ¨el continente iberoamericano… se subió en la ola liberal y pareció asumir de manera definitiva los valores democráticos y republicanos…¨ Dejando a un lado esa transformación para unos cuantos  países latinoamericanos, la gran mayoría no parece haber seguido esa ruta, pero, ¿qué pasó en México?
   Dice Krause que la transición política ¨tuvo un ritmo lento¨ en el caso de México y precisa ¨la política liberalizadora que el presidente Salinas adoptó en términos económicos no tuvo su equivalente en la arena política.¨ Aquí empiezan las medias verdades y la falta de coherencia en sus afirmaciones:  antes había dicho que se había transitado a la democracia, y ahora dice que la política de Salinas sólo fue en el ámbito de la economía, no precisamente en el de la política. Dice que las elecciones del 86 en Chihuahua fueron fraudulentas, y que fue en reparación a ese  agravio que tres años después el PAN triunfara. En cambio el PRD no fue beneficiado por el cambio de talante del presidencialismo de Salinas, y Krause explica otra vez a medias verdades que ¨el gobierno estaba dispuesto abrirse  a la alternancia a su derecha pero no a la izquierda¨ y da como razón de esa apertura de media hoja de la puerta democrática ¨la elección desaseada y turbia de 1988¨. Una vez más se debe uno preguntar ¿de cuál transición a la democracia está hablando el autor? Esa elección, concede, causó gran tensión social que ¨de no haber mediado la sensatez y el patriotismo de Cárdenas, el país se hubiera precipitado en la violencia política¨. Lo cual entendemos como una sumisión del candidato derrotado al poder de facto. Pero sigamos buscando señales de la susodicha transición a la democracia.
   Enumera a continuación lo que el país necesitaba en materia política y Salinas no lo pudo proveer. Sin embargo, ¨cuando el panorama parecía despejado para el gobierno¨ para poder ¨modificar las instituciones de manera radical deslindando su organización y práctica del partido de Estado,¨ algo sucedió, ¿qué creen que pasó?: ¨Ante el estupor general de México y el mundo, el 1º.de enero de 1994 estalló la rebelión neozapatista acaudillada por el subcomandante Marcos¨, se lamenta Krause quien tendensiosamente señala que ¨¨todavía bajo los efectos de ese movimiento (zapatista), que habría de marcar durante una década la vida nacional, sobrevino otro episodio traumático: el asesinato el 29 de marzo de 1994 del candidato priista… el generoso e idealista Luis Donaldo Colosio¨. ¿Debemos entonces creer que esos dos hechos fueron los causantes de que Salinas no pudiera transformar al estado?
   Era necesario modificar ¨de una vez por todas el llamado sistema político mexicano¨, dice el autor y de eso debemos concluir que entonces no fue con Salinas cuando se dio la tan suspensa prueba de la transición a la democracia. ¿Saben cuando se empezó a dar?: ¨Propiciar ese cambio fue el aporte fundamental del siguiente mandatario, Ernesto Zedillo (1904-2000)¨. A Zedillo se le atribuye haber dado ¨independencia total¨ al IFE, uno se pregunta cuando la habrá perdido porque de otra manera no se explica la reciente rebatinga de los partidos para nombrar a tres nuevos miembros: lo que menos importa es la transparencia en el proceso de votación que según se dice es uno de las pruebas de haber transitado a la democracia. El que haya perdido el PRI la mayoría de la Cámara de diputados debido al papel independiente del IFE y que el DF pasara a las manos de la transición Krause ve esos promisorios datos como ¨la señal inequívoca de que el país estaba enfilándose hacia una exitosa, pacífica y ordenada transición democrática.¨ Con Zedillo ¨el espíritu político de México comenzaba a parecerse a la letra de la Constitución, y a ser, en efecto, una república representativa, democrática y federal, no una simulación de todos esos atributos.¨ Todo eso sucedió en el país, ¿dónde estábamos durmiendo la siesta que no nos dimos cuenta?.
   De Fox, el siguiente presidente que comenta, dice que como candidato a la presidencia era ¨un empresario guanajuatense de gran carisma y valor personal, aunque sin experiencia política.¨ Con su elección ¨la alternancia se convirtió en una realidad.¨ Alternancia, pienso, no significa formalmente nada, mientras no se logre que la conducción política sea algo diferente a la anterior situación, y menos se puede hablar de alternancia cuando la gestión panista ha sido peor que la anterior. Peores alabanzas a Fox no las puede decir el autor, pues si bien reconoce las limitaciones del guanajuatense no se muerde la lengua al decir que ¨con todo, en abono de Vicente Fox (además de enorme mérito como catalizador de la alternancia democrática) hay que reconocer su manejo responsable de las finanzas públicas, su respeto al orden democrático y la introducción de algunas reformas de la vida pública llamadas a perdurar, como la Ley de Transparencia.¨ Ley por cierto no aplicable obviamente a al mismo Fox, a su familia, ni cómo pudo haber ganado Calderón las elecciones.
     Calderón es ¨de un estilo discreto, serio y ejecutivo¨,  su guerra contra el narcotráfico ha arrojado ¨resultados tangibles¨, pero, repitiendo la excusa de los Pinos ¨el problema es de una dimensión que rebasa nuestras fronteras.¨ Enumera los resultados tangibles: a pesar de las bajas, ¨los resultados son los mejores de la historia del combate al narcotráfico.¨ ¿30,000 muertos? Entre los éxitos de la guerra de Calderón, enumera ¨la captura de dos funcionarios de inteligencia y tres agentes federales…¨ Qué minúsculos progresos comparados con  Colombia a pesar de estar invadida por bases americanas: más de 100 diputados en la cárcel, aquí ninguno, muchos funcionarios altos y hombres de negocios, aquí ninguno. Un solo gobernador ha ido a la cárcel en México, y ahora Villanueva purga condena en E.U., ni una mención siquiera del jugoso juego del lavado de dinero que produce el narco tráfico en los mismos bancos privatizados. Ni una palabra de Krause para explicar cómo ¨el problema rebasa las fronteras¨: el intervencionismo americano que ahora cuenta con una torre en pleno Paseo de la Reforma con toda clase de agentes para que operen en el país sin que estos tengan que seguir entrando al país con visas de turistas (Jorge Carrasco y J. Esquivel, ¨El gran espíaProceso No. 1776, noviembre 14, 2010:7-9); Krause evita recordar que antes de asumir el puesto Calderón viajó a informarse a Washington y a Colombia de los secretos del ¨Plan Colombia¨ que obedece a la política de E. U. contra el terrorismo diseñada por el Comando Norte del Pentágono en el marco de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN) (Carlos Fazio, ¨El propagandista de los PinosLa Jornada, noviembre 15, 2010). Calderón subió al poder con la connivencia americana, pero a cambio debía empezar una escalada a la llamada guerra contra el crimen organizado que permitiera la entrada ¨legal¨ a México de los comandos del imperio que en voz reciente de su representante Hilaria Clinton, los narcotraficantes son terroristas. La palabra clave que permite a E.U. combatirlos para su seguridad nacional aun fuera de sus fronteras. 
   López Obrador, dice enfático Krause, no llegó al poder por sus propios errores. No hay comentario. Más bien dicho uno que muestra la rabia que le causa López Obrador a Krause cuando éste criticando a Julio Scherer a quien llama su amigo dice: ¨Yo le reclamo(a Scherer) haber sucumbido, de manera absolutamente acrítica e irracional, a la fascinación de Andrés Manuel López Obrador. El apasionado Scherer se ha dejado ganar por la vertiente mesiánica del líder, sin advertir que encarna la más antidemocrática y autoritaria mezcla teológico-política que haya vivido México en su historia reciente.¨ (E. Krause, ¨Proceso a ProcesoProceso 30 Años, Edición de 30 Aniversario, 2010: 220).
  Las finanzas públicas con Calderón, ¨se han saneado, y hay reservas para enfrentar el peligro¨, ni una palabra de los más de 600 mil mexicanos que sólo en el 2009 salieron del país en busca de trabajo, 26,000 de ellos menores de edad. Pero esto mismo nos debe consolar según Krause, pues ¨las mejores y mayores reservas no son económicas (¡) sino espirituales: están en el alma milenaria del pueblo mexicano que sabe encarar la adversidad con creatividad y estoicismo…¨Adelante México profundo, sigue encarando la corrupción, la impunidad, el militarismo que nos acerca a un grado mayor del ya presente fascismo, abandona la aburrida escuela, ve a tomar el sol y hacer ejercicio en las esquinas con semáforos, abre puestos perecederos y no contaminantes de toda suerte de chucherías y de productos de la piratería, que sigan las fábricas maquiladores pagando salarios de miseria, ésta sí que ha sido una fuente de ocupación para cientos de miles de mujeres y hombres que se la pasaban rascando su dignidad por falta de trabajo, y los más creativos y valientes que ganen más, para eso hay numerosas plazas en el narcomenudeo, venta de protección a comerciantes, secuestro de personas.
   El gobierno también es hijo de este México creativo, se ha sabido meter en el gran negocio de la privatización. Mira lo que dice citando a Salinas: es ¨inaceptable un Estado tan propietario frente a un pueblo con  tantas necesidades y carencias…¨. ¨El Estado- continuaba Salinas- vende sus bienes para resolver males sociales y canaliza sus energías para abrir espacios a los particulares para que aumenten el empleo, la inversión y toda la patria florezca.¨ Y el intelectual panagirista  Krause ejemplifica lo dicho haciendo ver que en el sexenio del hombre que nos metió al primer mundo por decreto, ¨el Estado mexicano (léase la mafia en el poder) privatizó o liquidó buena parte de las 1,155 empresas paraestatales que existían en ese momento. Muchas de ellas estaban en quiebra debido a la pésima administración.¨ Dígame Ud. si no es cierto que esas medidas privatizadoras fueron exitosas, ¨Las más rentables, dice Krause, los bancos, Teléfonos de México- (su venta) ¨permitió disponer de recursos para atender carencias sociales (¿?) y reducir el déficit público.¨ En el caso específico de Teléfonos ¨la privatización fue benéfica en cuanto que fortaleció aún más a la empresa (que estaba en números negros antes de la venta añado yo) y se proveyó de mejores y más baratos servicios a los consumidores… ¨ (¿?).
    El resto del artículo de Krause lo dedica a exaltar los beneficios del TLC, la necesaria reforma del ejido, la rebelión zapatista, la migración, a recordar a los dos premios Nobel, Paz y Molina. El que quiera conformarse con medias verdades que lea el resto del capítulo de este intelectual que se dice ser liberal  y pertenecer a esa tradición con la cual se identifica: ¨la tradición política liberal, que nada tiene de conservadora ni  de reaccionaria.¨ (Proceso 30 años p. 216). A cúal de todos los liberalismos pasados se refiere Krause cuando señala que ¨la única vía coherente para la izquierda mexicana¨ es el reencuentro con esa noble tradición que viene del siglo XIX y que debe arraigar en el XXI.¨ (Ibid. 218). Ciertamente no la del magonismo que Armando Bartra reconoce como la corriente más radical, cuya influencia-dice, en la formación de la cultura de izquierda, progresista, está presente pese a los prejuicios.  Esos liberales magonistas que Adolfo Sánchez Rebolledo señala ¨dirigieron huelgas, se convirtieron en organizadores y tribunos, pero sobre todo se volcaron en la tarea de educar a sus seguidores en el sentido que les dictaban sus  profundas convicciones libertarias.¨ (¨A 100 años: Ricardo Flores Magón, La Jornada, noviembre 18, 2010). La ¨única vía coherente para la izquierda mexicana¨ ¿será entonces el liberalismo del Porfiriato?

jueves, 6 de enero de 2011

Ciencia y fe

El dialogo entre ciencia y fe ¿es de sordos?

Manuel Esparza
Centro INAH Oaxaca

Las causas del desinterés de los fieles por la Iglesia no es sólo la oposición tradicional a las uniones libres, al aborto, a la ordenación de las mujeres, a la abolición del celibato, ni las revelaciones de pederastia de los sacerdotes alrededor del mundo, sino también, y principalmente porque la gente percibe que la jerarquía misma duda de la veracidad de su propia doctrina.

El Año de Darwin (2009) resultó un laboratorio para observar reacciones de la gente sobre temas de la evolución natural. Las discusiones por el creacionismo, el intelligent design son prácticamente inexistentes en México fuera del nivel académico. Sin embargo, algunas  consecuencias de la teoría de la evolución son percibidas como amenazantes y son vívidamente discutidas por un público mayor.
    Para contribuir a las publicaciones y eventos académicos que se hicieron a lo largo del 2009, el que esto subscribe estuvo publicando en NOTICIAS  de Oaxaca, un artículo cada semana durante varios meses. Los temas cubrían desde el origen del universo, la vida de los primeros  organismos, los primates, la aparición del hombre, y temas relacionados con la sexualidad,  la violencia y la mente.
     Lo inesperado fueron las reacciones a esos temas que afloraban con frecuencia en conversaciones de sobre mesa, o cuando se le respondía a los conocidos en qué andaba uno ocupado esos días. Fue de llamar la atención que tanto en pláticas a alumnos de bachillerato y aun a académicos, como en conversaciones informales, y a pesar de evitar hablar directamente de la religión, ésta era lo que inmediatamente avivaba la conversación y a veces hasta con agresividad. Ya se podía estar hablando de alelos y cómo dependía de ellos el color de los ojos de los hijos, o del lanugo en los fetos, tanto humanos como de ballenas, de los hábitos de ciertas especies de pájaros en la procuración de pareja, cómo los bebés imitan inmediatamente a las horas de nacer a la madres que les muestran la lengua, y otra variedad de temas que divertían a la gente, casi siempre se caía en las consecuencias de aceptar esos datos de la evolución, en apariencia tan inofensivos, para temas inquietantes como la existencia del alma, de la otra vida, de Dios. ¿Qué tenemos dentro que explique lo anterior?
   Para el desarrollo de este escrito, primero se presentan argumentos con los que una gran mayoría de creyentes y no creyentes estarían de acuerdo. En un segundo apartado se tratará de exponer las razones que dificultan actualmente la comprensión de opiniones diversas. Finalmente se harán observaciones sobre las consecuencias de la falta creciente de credibilidad en la institución católica para la separación Iglesia y estado.

1.                La fe y la razón dos formas de conocimiento.
¿Es posible el diálogo entre personas que hablan en dos frecuencias distintas al mismo tiempo? Eso parece suceder en las interminables discusiones tanto en México como en otros países, sobre el aborto, la eutanasia, los matrimonios  entre personas del mismo sexo, la ordenación de mujeres. Se suele hablar en diferente banda (FM/AM) cancelándose así, desde el inicio, la posibilidad de que cada uno se convenza o al menos respete la posición contraria. En el caso del aborto, por ejemplo, se aducen, por un lado, argumentos de razón, comprobables; por el otro, argumentos de fe, basados en alguna autoridad.
    En el fondo se vuelve al viejo problema entre razón y fe. El Aquinate (Sto. Tomás de Aquino), sin embargo, distinguía entre dos facultades cognitivas: la razón natural y la fe sobrenatural, y dos planos del conocimiento: la verdad natural y la verdad sobrenatural de la revelación. Dos facultades y planos distintos de conocimiento en el mismo cerebro humano.
   A este propósito, no se puede menos de recordar a un viejo sabio del siglo XIII, Alberto Magno, Doctor de la Iglesia: “Cuando quiera saber algo de medicina, iré a Galeno o Hipócrates,” y continúa contundente “y no me vengan con milagros cuando estoy hablando de cómo es la naturaleza.”[1] Se debería tener en cuenta hoy lo que pensaba de los que usaban la razón natural: “Lo que el filósofo dice, debe decirlo con argumentos racionales (…) Porque la ciencia natural no consiste en aceptar lo que se dice, sino en investigar las causas de las cosas naturales.”[2] Ojalá muchos opinantes que confunden la autonomía de la razón con la fe  reflexionaran en lo siguiente: “Si alguien nos pone objeciones con las virtudes infusas por Dios de las que hablan los teólogos, diremos que no tiene nada que ver con nosotros, pues ahora no disputamos de materias teológicas sino físicas”[3]
   Ya, en este camino, se debe recordar también que en ese siglo fue cuando en las universidades se comenzaron a distinguir los campos diferentes de la Filosofía y la Teología. Se comenzaba a proclamar la autonomía de las ciencias. Santo Tomás claramente lo dijo entonces: “Hay que apoyarse en razones si se quiere saber por qué es verdad lo que se dice, porque si sólo nos apoyamos en la autoridad desnuda (el papa dijo, la encíclica dice, etc.), el oyente quizá quedará convencido, pero su inteligencia no logrará un verdadero conocimiento, y se irá de vacío.”[4] Alberto Magno y Tomás de Aquino fueron dos dominicos, los dos santos católicos, no dos filósofos ateos.
   Mucho tiempo se ahorraría si al hablar del aborto, eutanasia, preferencias sexuales, y un largo etcétera cada quien –obispos, políticos, mujeres por el derecho a decidir, intelectuales- aclararan primero en que frecuencia están hablando. Siempre tendríamos los demás la libertad de sintonizar otra estación más conveniente.

Lo universal del fenómeno religioso
Se puede o no ser creyente, decirse ateo desde la temprana adolescencia o ya de adultos, pero un hecho es que en todas las culturas alrededor del mundo la gente tiene conceptos  religiosos. Debe haber algo en la naturaleza humana a lo cual se acude para hallar explicaciones, finalidades, consuelo ante la adversidad o la enfermedad. Sin salirse de la ruta de la “investigación de las causas naturales” se sabe que venimos a este mundo con una física muy ingenua, queremos ver causas, agentes en todo lo que sucede. Los infantes son pequeños investigadores, pronto conciben la realidad como una dualidad: distinguen sin que se les explique que el gato es diferente al cochecito de cuerda, piden de comer a la mamá, no al refrigerador. Se contentan con saber que alguien murió, pero que algo de esa persona sigue viviendo.
   Por la herencia de millones de años nos hicimos sensibles a señales de depredación, de peligro; nos fue fácil impetrar a las fuerzas ocultas -cualquiera que sea su nombre- para pedir salud, rogar que se interrumpan las leyes físicas para que no se caiga el avión, para que se detenga el cáncer, para que pase el examen final el hijo. Ante la inevitabilidad del dolor físico, de la muerte de un ser querido, se halla consuelo en que nada se mueve sin la voluntad de ese  alguien que lo hemos hecho a nuestra imagen y semejanza: alguien allá que también se cansa y descansa después de crear el mundo, que lee nuestros pensamientos, nos ve, nos quiere y nos castiga como un padre. Hacemos nuestros dioses, ángeles y nahuales a nuestro gusto y conveniencia. Y en todo eso se halla cierta explicación, cierta tranquilidad interior. Así estamos hechos, y así va a seguir siendo por lo visto.
   De lo dicho, el diálogo entre la ciencia y la religión que parece de sordos, sin ninguna posibilidad de convencimiento mutuo, puede tener un punto de convergencia que ayudara a intentar intercambiar humanamente pensamientos  y sentimientos provenientes de tan diferentes fuentes de conocimiento: el basado en las leyes de la naturaleza y el que parte de alguna autoridad. El punto de contacto es solamente aceptar la naturaleza común a todos, creyentes o ateos, partir del conocimiento de cómo estamos hechos a la luz de los avances de las ciencias. Se excluye por principio todo rechazo a los que no  piensan y hablan en la frecuencia del otro. Pues si es un universal tener pensamientos religiosos, entonces se acepta antes que nada que otros los tengan, pues es prácticamente inevitable para la mayoría no tenerlos. Ya fue un avance, no se manda a la hoguera al que se cree diferente a los otros, ya no se piensa que los que no aceptan otra autoridad que la ciencia son de otra especie.
   La receta parece simple, no discutamos lo que nos separa, sino hablemos de lo que nos es común y todos aceptamos: que somos una sola especie, con la misma constitución elemental de todos los seres vivos, que tenemos las mismas necesidades biológicas que el resto de la humanidad, que todos  queremos vivir y tener los medios necesarios para cuidar de los que están más cercanos, que la misma naturaleza nos dotó para contrarrestar nuestras tendencias destructoras y poder convivir con otros. Todo eso se logró a través de procesos evolutivos durante milenios.
   Pero la evolución ha dejado de transformarnos substancialmente para dar cabida a la cultura que  nos diversifica, y hasta modifica lo que hizo la naturaleza[5]. Somos nosotros los que en busca de explicaciones no sólo inventamos fuerzas sobrenaturales, sino que llegamos a institucionalizar las creencias y prácticas en elaborados cánones y prescripciones.
   También hemos llegado a idear un sistema que evite bastante el conflicto entre los miembros de una unidad política, el estado laico. Precisamente por la gran diversidad de creencias, percepciones, ideologías se hace un pacto para que ninguna creencia o religión sea la del estado mismo, quedó atrás cujus regio, eius religio. Sin embargo…

2  Entrampamiento doctrinal: el caso del aborto

En la sociología de los desastres se dice que un evento mayor revela la estructura de la sociedad afectada. Ejemplos son múltiples, uno reciente es el temblor de Haití, las inundaciones de este año. El aborto es un ejemplo, a semejanza de los desastres naturales, que pone al descubierto los problemas internos de la vieja institución católica. La despenalización del aborto, en varias latitudes del mundo, ha dado la ocasión para la manifestación de algunos principios doctrinales de la Iglesia católica. El meollo de la falta de apertura y entendimiento por parte de la institución respecto al aborto es el haber quedado encadenada en sus mismas premisas dogmáticas: hay vida humana desde el principio, lo que es más, desde el primer instante de la concepción se es persona. Por tanto cualquier acción directa contra el nuevo ser es homicidio. Aquí no importó la distinta opinión de San Agustín o de Santo Tomás Aquino. El primero distinguiendo entre feto formado y no formado, ve que esa vida vegetativa no es persona y por tanto no se puede hablar de homicidio: Quod vero non formatum puerperium noluit ad homicidium pertinere… et ideo non sit homicidium…ideo Lex noluit ad homicidium pertinere. (En traducción libre: Lo que en verdad no se ha formado al tiempo del parto, no es materia de homicidio… y por tanto no es homicidio…por  tanto no se aplica la ley del homicidio).[6]
   Teniendo en cuenta el hilemorfismo en el pensamiento de Santo Tomás de Aquino, éste considera que la infusión de la forma (alma) ocurre cuando la materia (el feto) tiene los órganos básicos de una persona (especialmente el sistema central nervioso). Lo que comienza a ser vivo en el vientre en las primeras etapas no es una persona, sí tiene un ánima, primero, vegetativa, luego, sensitiva (anima sensitiva) y finalmente un alma racional o humana (anima intellectiva). La Iglesia que ahijó a un bautizado Aristóteles en su filosofía, adoptó oficialmente la concepción hilemorfista de la naturaleza humana al principio del siglo XIII con el Concilio de Viena[7], antes, por siglos la Iglesia prohibía bautizar nacimientos prematuros. El mismo Santo Tomás es contundente respecto a la infusión del alma: animae rationales non seminantur per coitum.[8] (Estimado lector anímese a  traducirlo Ud. mismo). 
   En el caso del aborto, en el discurso actual de la Iglesia no se tiene en cuenta una muy tradicional doctrina moral que permite desconectar al paciente que no tenga vida cerebral. Pero, ya puede la ciencia decir que no hay vida cerebral todavía en un feto hasta antes de determinada fecha de gestación, la Iglesia se empeña en que es una acción inmoral intervenir para interrumpir directamente la gestación en cualquier circunstancia.
   El entrampamiento doctrinal es el dogma de la Inmaculada Concepción de María (1854). Con la ciencia de entonces y la “continúa tradición,” se entendía que desde el primer instante de la concepción de María ésta estaba exenta de pecado original, por tanto María era persona desde ese mismo momento, pues de lo contrario sería inconcebible que tal privilegio se le concediera a un simple óvulo recién fecundado. Y si ése es dogma de fe, ¿cómo entonces contradecirse aceptando que la unión de unas células no es persona?

Ocultamiento de crímenes  
Una nueva dificultad para el diálogo entre creyentes y no creyentes, sociedad civil e Iglesia, ha consistido en la revelación de los oscuros procedimientos para ocultar los delitos de los clérigos pederastas. En el fondo, no son los mismos delitos el obstáculo al diálogo, sino lo poco fiable de una institución que ha sido descubierta mintiendo sobre su inocencia y participación en la protección de los delincuentes. No castigar al culpable de delitos contra los niños y aun llegar a cambiarlo de lugar para seguir exponiéndolo a cometer nuevos actos contra sus víctimas, es lo que es reprobable en todos sentidos. Ha sido un ocultamiento muy repetido en varias diócesis del mundo, incluso en el mismo papado, que tanto el anterior como el presente no han quedado libres de la acusación de protección indebida a los clérigos abusadores.[9] En su reciente visita del papa a la Gran Bretaña, Joell Casteix dirigente de Survivors Network of those Abused by Priest, (SNAP) replicó severamente al papa quien dijo que “la autoridad de la Iglesia no fue suficientemente vigilante …ni rápida y firme para tomar las medidas necesarias” contra los abusos clericales; Casteix le respondió: “Es poco honesto decir que los responsables de la Iglesia fueron lentos e insuficientes vigilantes, por el contrario, fueron rápidos y vigilantes para ocultarlos, no para evitarlos.”[10] El sacerdote belga Rik de Villé dedicado durante dos décadas a atender a adultos abusados cuando niños por clérigos, dice que “contrariamente a lo que asegura la jerarquía eclesiástica, sí supieron de estas denuncias en su momento.” Cuenta cómo el cardenal Godfried Daneels le prohibió decir nada contra un cura.[11]

Catolicismo pragmático
Aquí no se puede menos de hacer una reflexión acerca de la lógica o falta de ella en la práctica religiosa y que parece incidir en lo dicho más arriba acerca de la disposición natural a las creencias religiosas. En un país como México considerado católico en su gran mayoría, ¿cómo explicar que el índice de natalidad haya disminuido drásticamente a pesar de las directivas de la Iglesia respecto al control de natalidad? Parecería que la gente va su camino sin preocuparse mucho de la contradicción. Sigue creyendo y practicando su religión sin hacer caso a la doctrina oficial de una institución que le parece tan ajena a su vida. En la población indígena, objeto de evangelización durante 500 años, las mujeres en edad reproductiva  de 15 a 49 años, el 3% utilizan algún método anticonceptivo; entre las mujeres indígenas con tres o más hijos el 72.2% utiliza esos métodos[12]. La defensa de la familia “amenazada” por bodas gay, en los argumentos de la jerarquía, desconoce lo que se da en la población mayoritariamente católica: la familia nuclear tradicional ha disminuido a nivel nacional del 74.5 % en 1990 a 68.9% en 2005. Aumentó la proporción de parejas sin hijos de 6.7 % a 8.6 %, al mismo tiempo que se da una tendencia creciente de los hogares monoparentales de 10.0 a 10.3 %[13]. Sin embargo, para el cardenal de Guadalajara Sandoval las familias con un solo progenitor están constituidas por “gente sin moralidad.”[14]
   Otro caso, posiblemente muy extendido en otras diócesis, es el de Oaxaca donde un número llamativo de sacerdotes viven con sus esposas e hijos. Algunos sacerdotes de estos han trabajado en la misma curia arzobispal. Aquí no sólo la feligresía los acepta, sino la misma jerarquía los ha tolerado. Cuando un nuncio apostólico, Girolamo Prigione llamó al clero de Oaxaca corrupto, el arzobispo Bartolomé Carrasco defendió a su clero, entonces, ¿por qué seguir en la ficción de un clero célibe?[15]

El caso de la canonización de alguien que no existió
Ante la clara determinación del papa Juan Pablo II de canonizar al indígena Juan Diego, los mecanismos oscuros de la sumisión de los jerarcas al Vaticano quedaron revelados ante la oposición de gente connotada a esa canonización basada en la leyenda de la aparición de la Virgen de Guadalupe. La prueba esgrimida de ese singular acontecimiento que no tuvo reconocimiento histórico durante los primeros 100 años de la colonia españolas, fue que en el ayate (de ixtle) del vidente quedó estampada la imagen de la madona en forma milagrosa: Non fecit taliter onmi nationi dijo en su oportunidad Roma.
   El arzobispo actual, cardenal Rivera de la arquidiócesis de México fue el más decidido propulsor de la canonización. Sin embargo, antes del acto solemne en que se aceptó que Juan Diego practicó virtudes en grado sumo e hizo un milagro suficiente para proponerlo como modelo llevándolo a los altares, el cardenal contrató a un técnico para que estudiara privadamente la pintura en cuestión. Leoncio Garza-Valdés cuenta que el cardenal no logró censurar los resultados de su investigación. El estudio concluyó lo que ya se sabía por otras investigaciones anteriores sobre la pintura misma, pero ahora usando técnicas muy avanzadas. La tal pintura no es de ixtle sino de cáñamo y pintada en distintas ocasiones por manos humanas. Efectivamente, la tela había sido repintada substancialmente tres veces, la primera consistía de una Vírgen portando un niño-Dios en sus brazos, las otras dos eran las de la imagen actual con añadiduras y retoques de muchos técnicos.
   Ese hallazgo científico fue ocultado totalmente por la Iglesia a pesar de que junto con pruebas históricas documentales se estuvo advirtiendo a Roma del escándalo que se podía causar a los creyentes al canonizar a alguien a quien no se le apareció la Virgen del Tepeyac. Prefirieron seguir adelante manteniendo a la feligresía ignorante de los hallazgos, aquí obviamente ya no procedieron con error invencible, prefirieron aparentar creer lo que no tenía veracidad.

Los papas sospechosos de herejía
Una constante en los últimos papados ha sido ir contra corriente del Concilio Vaticano I (1962-1965) especialmente en la apertura al mundo contemporáneo. No ha sido, sin embargo, el colegio episcopal el que se ha opuesto a reformas, han sido los papas los que considerándose encima del episcopado han dictado políticas contrarias al espíritu y a la letra de ese Concilio ecuménico. Sólo para refrescar la memoria, al final del Vaticano II se quiso examinar la cuestión de la paternidad responsable, pero el papa Paulo VI les ordenó no hablar de la contracepción artificial, quitándoles a los conciliares la posibilidad de hablar del control de la natalidad. Quisieron discutir el celibato, y otra vez el papa al final del 1965 prohibió ni siquiera discutir el tema. Y todavía, por si había dudas de quién manda en la cumbre de la jerarquía aún sin consenso con el episcopado, en 1967, sacó su Encíclica Sacerdotalis Caelibatus, y en 1969 les tocó a los laicos con su Humanae Vitae.
   Pues bien, resulta que otro Concilio ecuménico, el XVI, en Constanza (1414-1418) declaró dogmáticamente, es decir, de fe, que la máxima autoridad en la Iglesia es el Concilio. Qué ha sucedido, entonces, que ahora se dice al revés, pues el papa en los hechos está por encima del Concilio, lo cual estrictamente hablando en términos eclesiásticos es herejía. En palabras autorizadas: “el Concilio ecuménico, según el dogma de Constanza, tiene superioridad sobre el papa, éste puede dimitir, e incluso puede perder automáticamente su puesto en determinados casos de herejía, cisma o enfermedad mental.”[16]
   Este es el escándalo mayor en la Iglesia de hoy: dar pie a la percepción de la gente de que la jerarquía y su cabeza no creen en los dogmas.


3  Consecuencias para la separación Iglesia-Estado

La consecuencia de la doctrina sobre el aborto en la vida de las sociedades que se dicen creyentes, incide en la separación de la Iglesia y estado. Esto se agrava en países como España y México donde se dice que la mayoría de la población es católica. La jerarquía se pronuncia en estos casos con gran fuerza política blandiendo el argumento de que la mayoría si es católica debe obedecer las directrices de la jerarquía. Recientemente la Conferencia Episcopal Española intensificó su lucha contra la nueva ley sobre el aborto. El arzobispo de Burgos, Gil Hellín negó que la nueva norma sea ley, y por tanto no obliga a los ciudadanos. Se refería a la Ley Orgánica de Salud Sexual y Reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo. Sin más, estaba diciendo que esa no es ley y que no  obliga a los creyentes.[17]
   El cardenal de la arquidiócesis de México fue más explícito en su rebuscada justificación para pronunciarse contra el aborto y los matrimonios homosexuales que son ley en la ciudad de México.  “No se puede obedecer esas leyes, no son leyes de Dios.” Pronto más de 15 estados pasaron leyes endureciendo las penas a las mujeres que abortan, no permitiendo el aborto aun en algunos casos de menores violadas a las que se les ha obligado a continuar el embarazo hasta el final. En uno de esos estados, Guanajuato, hay mujeres que han sido acusadas de “homicidio en razón de parentesco” por haber abortado, con penas hasta de 35 años de cárcel.[18] Hasta hace muy poco había seis mujeres purgando penas por la misma razón de 25 a 29 años.[19] Ante la presión de opositores, el Congreso de Guanajuato modificó el Código Penal para atenuar las penas del delito, y reducirlo de 3 a 8 años, de esa manera salieron siete mujeres de prisión, pero con la nota de homicidas[20].
   Los obispos de Oaxaca se añadieron en 2007 contra la nueva disposición de la capital de la república afirmando que “se es persona desde la concepción… ¿Por qué se penaliza el comercio de huevos de tortuga si estos no son aún tortuga? ¿Será posible que jurídicamente lleguen a protegerse más que al ser humano en formación? ”[21]. El mismo multicitado cardenal Rivera llamó como “aberrante e inmoral” el juicio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que avala el matrimonio entre personas del mismo sexo que es legal en el Distrito Federal. Pero más sintomático es la razón que Rivera da para oponerse: “las uniones de facto o legaloides de personas del  mismo sexo son inmorales, pues contradicen el proyecto divino.”[22] 
   A pesar de la llamativa oposición de la jerarquía, la Suprema Corte de Justicia determinó que eran constitucionales las bodas entre homosexuales, y que los matrimonios celebrados en la capital del país deben ser reconocidos válidos en todos los estados de la república. Un poco antes de que ese órgano judicial se pronunciara a favor de la adopción de infantes por parte de parejas homosexuales, disgustó mucho lo dicho por otro cardenal, el de Guadalajara, el arzobispo Sandoval Iñiguez, quien les preguntó a los reporteros que lo interrogaban: “A ustedes les gustaría que los adoptaran una pareja de maricones o lesbianas?” Y ya antes había dicho: “Imagínense si alguno de ustedes es adoptado por un par de maricones. ¿A quién le van a decir papá y a quién le dirán mamá?”[23] Para este vidente de las causas de los males del mundo moderno, “todo esto obedece a una conspiración internacional maltusiana que ha lanzado una serie de medidas desde hace varios años, como la anticoncepción, el aborto, el amor libre, la perversión de la niñez y la juventud, la píldora del día después, el divorcio exprés y el matrimonio entre homosexuales, que por supuesto son estériles”[24]. El cardenal Rivera de nuevo, por medio de su agresivo vocero el presbítero Hugo Valdemar, señaló que las iniciativas del jefe de Gobierno del Distrito Federal, las de la legalización del matrimonio entre homosexuales y la de su derecho a adoptar menores, “impulsa leyes destructivas que son más dañinas que el narcotráfico.”[25]

Conclusión
En forma de conclusión se puede decir que si bien el diálogo entre ciencia y fe, entre no creyentes y creyentes parecería de sordos, sin embargo, por muy radicalmente separadas que estén ambas posiciones, son posiciones de humanos, no de seres de diferentes especies. Ambas partes tienen la misma naturaleza, y es ésta la base del respeto a la manera de pensar de los demás. En el conocimiento moderno de esa naturaleza, que actualmente resuelve más problemas que antes se tenían por misterios, está la posibilidad de llegar a un mutuo entendimiento al ver que todos tenemos pensamientos religiosos, así los expliquemos de diversas formas.
   Los hombres proseguirán creyendo en los dioses que ellos mismos crearon, proseguirán buscando consuelo a sus penas y respuestas a sus dudas existenciales y si no hallan satisfactorias las doctrinas y las prescripciones de las religiones institucionalizadas se apartarán o tomarán discrecionalmente de ellas lo que les convenga.





[1]  In II Sent. Dis. 13, a.2; De gen. et corrupt, II, tr.1, c. 22.
[2]  De miner. II, tr. 2, c. 1.
[4]  Quodlib. IV, a. 18.
[5] Un ejemplo dramático es el caso de los asesinatos por honor. Uno se pregunta ¿cómo es posible que un padre pueda degollar a su propia hija a veces sólo por la sospecha de que tiene novio? El honor de la familia, una construcción totalmente cultural, pude más que la fuerza natural para cuidar a los propios. Ver ejemplos desconcertantes en Robert Fisk,  “La mentira detrás de los masivos suicidios de mujeres egipcias,” La Jornada, 19 de septiembre, 2010.
[6]  San Agustín en su comentario a los Setenta, Quaestionum S. Augustini in Heptateuchum, II, 80 citado en Dombrowski, A. Daniel, Robert Deltete, A Brief, Liberal, Catholic Defense of Abortion, University of Illinois Press, 2000:24.
[7] Concilio ecuménico de Viena (1311-1312): “El alma racional e intelectual es verdaderamente y por ella misma la forma del cuerpo.” Denzinger (1963) 1440.
[8] Summa theologiae,1ª, questio 118, art. 2.
[9] Para un resumen del problema que atañe directamente al mismo Benedicto XVI ver “The credibility gap widens,” en National Catholic Reporter, April 2, 2010.
[10] La Jornada, septiembre 17, 2010.
[11] El País, domingo 19 de septiembre de 2010.
[12] Datos oficiales del 2009, Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica, ENADID.
[13] Cifras del Consejo Nacional de Población, CONAPO, 2009, en La Jornada, agosto 16, 2010.
[14] Declaración en el Foro Ético Mundial del 28 de enero de 2006, Guadalajara, citado por  Sanjuana Martínez, La Jornada, agosto 18, 2010.
[15] En 1990, el arzobispo Carrasco en su visita ad limina reportó que el 75% de su clero no guardaba el celibato, ver Jorge Erderly, et al., Votos de castidad, El Debate sobre sexualidad del clero católico, Grijalvo, México, 2005:14
[16] Hans Küng, Libertad conquistada, Memorias, Editorial Trotta, 2004: 455.
[17] El País, Opinión, julio 25, 2010.
[18] La Jornada, agosto 17, 2009.
[19] Ibid., julio 27, 2010.
[20] Ibid., septiembre 8, 2010.
[21] ¿Despenalizar el aborto? En México, abril 25, 2007.
[22] La Jornada, agosto 9, 2010.
[23] Mural, 20/10/97, citado por Bernardo Barranco V. en La Jornada agosto 18, 2010.
[24] La Jornada, agosto 16, 2010.
[25] Ibid.