viernes, 19 de agosto de 2022

                                            In Memoriam Mercedes Olivera Bustamante 

                                                                            (1934-2022)

 La antropóloga Mercedes Olivera falleció el pasado domingo 7 de agosto en San Cristóbal de las Casas, Chis. Originaria de la Ciudad de México, su padre oaxaqueño, su madre bisnieta del pintor José María Velasco. Surgida como maestra normalista buscó en la antropología cómo incidir mejor en el cambio social a través de la educación. La política indigenista integracionista de entonces la radicalizó junto con otros jóvenes antropólogos en favor de las comunidades indígenas que debían ser actores de su propio destino. Fue esa una generación que ha dejado huella tanto por sus aportaciones a la antropología mexicana como también por sus fallas y omisiones. Mercedes Olivera congruente con sus principios dedicó sus últimos 50 años de su vida a la causa indígena en Chiapas. En su correspondencia se puede seguir la evolución de su valiosa aportación. Su presencia en Chiapas en 1971 fue para poner en práctica “la posibilidad de una educación de recuperación de la etnicidad y de los propios espacios indígenas” Fua acusada de “querer organizar el poder indio a semejanza del poder negro.” (Ángeles Romero Frizzi, Mercedes Olivera, Etnohistoriadora propositiva, CEAS, # 6 abril 2005:5). Fue despedida del INI una voz que se adelantó más de 20 años al reclamo de los derechos culturales de los indígenas (1994). Se quedó en Chiapas ayudando a las comunidades a tomar conciencia de su situación a través del teatro: “Sí, cuando me renunciaron de la Escuela de Desarrollo, Lacho (Eraclio)Zepeda que era funcionario en Conasupo, aceptó que siguiéramos trabajando en el proyecto de teatro. Eran 4 grupos 2 tzotziles, 1 tzeltal y 1 tojolabal. Trabajamos con financiamiento de Conasupo durante 2 años y 2 años más con autofinanciamiento, nos constituimos en cooperativa, producíamos pan integral que nos enseñó a hacer Antonio García de León. Con lo que sacábamos y una parte de mi salario del INAH seguimos con el teatro en forma independiente. Renunciamos a trabajar con Conasupo cuando nos querían obligar a montar una obra de propaganda priista…. Todos (los del teatro) habían sido formados como promotores de educación en el INI, después, ya fuera del INI, sacaron sus certificados de Primaria Abierta. Mis hijas los capacitaron para presentar el examen” (20/07/ 2012). En contra de la mentalidad de los finqueros y de la burguesía local expresada en una publicación (ANUARIO1991.pdf) Mercedes dejó testimonio llamativo del cambio que en pocos años surgió en la ciudad coleta: “Yo sigo pensando en la identidad campesina o rural ligada a la tierra. No puede ser de otro modo. Hemos encontrado que las mujeres han jugado un papel muy importante en su reproducción y que la cotidianidad estaba y sigue estando muy ligada a la tierra-naturaleza: el ir a aleñar, el recoger hierbas de la milpa y hongos y productos del bosque, además de su trabajo como campesinas en la milpa, las hace sentir a la tierra como quien les da de comer, hay una relación muy estrecha de mucho conocimiento y sabiduría ancestral, ellas no se conciben sin la tierra. La ruptura y cambio en las identidades de los indígenas que fueron desplazados de San Cristóbal, tuvieron como necesitad primaria el tener una tierra para vivir, con el zapatismo les legalizaron todas las tomas y a pesar de los cambios, su identidad está ligada a esas tierras que ocupan y en ellas han hecho surgir una cultura indígenasemiurbana que los diferencia enormemente de la población de San Cristóbal, ellos no se sienten para nada miembros de la ciudad, ellos se siguen identificando como indígenas, aún sin sus estructuras de gobierno tradicional. Pero su territorio los define como miembros de una colonia o barrio en forma muy clara y cuando hay algo que defender o reivindicar se unen todos y actúan masivamente como cuando la policía les quemó en el mercadito Tielmans sus casetes y cintas que reproducen clandestinamente. Bajaron en bandas y entraron a las tiendas coletas y las saquearon y se llevaron a su territorio muchas cosas robadas. Así mismo hay campos con coches robados, venta clandestina de armas y drogas, y cuando entra la policía nadie denuncia, se han dado ocasiones en que la policía no entra, a la gente de la ciudad sólo la reciben si es conocido de alguna familia y la lleva a su casa. Es muy interesante, hay estudios sobre esto, es decir, sobre la importancia no sólo de la tierra sino del territorio que ocupan y define sus lealtades y sus enemistades. “(18/08/2012) La causa de las mujeres despojadas de sus casas, discriminadas por el propio autoritarismo indígena fue su proyecto de vida: “Ahora estamos preparando una movilización por la cotitularidad para las mujeres de la propiedad social (ejidos y comunidades), las luchas y las resistencias siguen adelante ante la exclusión y los despojos. Tal vez nunca logremos el reconocimiento jurídico de la cotitularidad de la propiedad social, pero es un buen motivo para visibilizar los nuevos problemas que viven las mujeres como efecto de la privatización y las ventas de tierras que las dejan en la calle a ellas y a sus hijos.” (07/06/2014) Mercedes no dejó en varias ocasiones de criticar severamente a aquellos viejos compañeros de ideales que tenían como mote “los siete magníficos”: “manejaban dos discursos, uno teórico a favor de las autonomías y autodeterminaciones culturales y sociales de los grupos indígenas y otro, en la práctica, que fue el integracionismo más crudo y vergonzante de la política oficial…Yo te hablo desde una posición muy otra como dirían los zapatistas, sigo siendo radical, es decir busco soluciones desde la raíz, eso también es un ideal tal vez romántico, pero me ha mantenido siempre con los pies en la tierra y creo que así me moriré… no tengo miedo, tal vez porque lo poquito que he hecho casi no se ve, sólo son semillas que voy regando por mis caminos con las mujeres.”(08/04/2011). Mercedes enferma no dejó de seguir luchando como aprendió en sus años de guerrillera en Guatemala: “Yo vivo mi viejez con una locura de compromisos que no sé si me alcanzará la vida para cubrirlos, pero afortunadamente con altos y bajos de salud, los voy sacando,” (19/07/2012). El cáncer aparecido de nuevo después de 30 años ya no le permitió seguir adelante, pero no sin antes dejar testimonio autobiográfico que publicarán sus hijas Gabriela, Cecilia, y Mario (vazquezo@unam.mx) a quien se le agradece información de la familia. esparzacamargo@hotmail.com