viernes, 26 de mayo de 2023

 

Oaxaca entre la modernidad y la tradición.

 

 

Los únicos que tienen cultura, no sólo en México, sino en el mundo son las comunidades indígenas de Oaxaca” dijo Pío López Obrador en una conversación hace siete años. Ya antes, en 2009 AMLO decía que “El de Oaxaca es uno de los pueblos más cultos del mundo”, “En Oaxaca hay una gran reserva moral y cultural para la regeneración del país.” “Los pueblos de Oaxaca…por su cultura e inquebrantable resistencia, mientras dure el mundo, nunca perderán su gloria y su grandeza.”  Este consenso entre hermanos tiene un sustento, la visita a los 570 municipios de Oaxaca durante seis meses en 2009. Eso fue hace 10 años cuando no era presidente todavía. Igual que un antropólogo López Obrador fue llevando diario de campo que luego resumió en varias entregas en “Un viaje al corazón del México profundo” (La Jornada, 7-10 diciembre de 2009).

Resalta de esa información la realidad desnuda:” Por el abandono del gobierno, Oaxaca es el estado con más pobreza y marginación en el país”, “la ayuda del gobierno estatal es prácticamente nula y los apoyos federales son muy escasos”, “es tanta la marginación que hay pueblos que no cuentan con servicio telefónico”, “en el 95 por ciento del territorio no hay servicio celular”, de los 570 municipios “290 no tienen camino pavimentado”. Municipios sin médicos, algunas ciánicas de primer nivel están tan lejos que mueren los pacientes antes de llegar, por ejemplo, en Choapan “el hospital más cercano está a 5 horas de distancia en Tlacolula.” Escuelas abandonadas o distantes:” muchos niños y adolescentes caminan hasta dos horas para asistir a la escuela y casi todos llegan sin desayunar.” Es numerosa la deserción escolar como lo comprobó en San Francisco Huehuetlán o en San Juan Panzacoalco; problemas agrarios sin resolución por décadas, fraude a los ahorros de los migrantes por cajas fantasmas en Santa Cruz Nundaco y Santos Reyes Tepejillo. Despojo de tierras por compañías mineras “en Oaxaca donde se han entregado 235 concesiones a particulares para enajenar un millón 191 mil hectáreas, es decir, el 12 por ciento del territorio de Oaxaca”.

De los innumerables recorridos por todo México, AMLO en 1917 publicó un informe de la realidad del país y las soluciones que se necesitaban (2018 La Salida: decadencia y renacimiento de México, Planeta, 2017). Llama la atención la claridad con la que se perciben problemas especialmente por despojos de los pueblos indígenas y la urgente necesidad de velar por sus derechos colectivos.

Varios de los proyectos de entonces se han ido llevando a cabo causando gran controversia por sentirse que no van con el interés de los pueblos. No deja de llamar la atención la falta fiable de consulta, la información deficiente del impactó al medio ambiente de los megaproyectos. Todo parece ser otro ejemplo de modernidad versus tradición. En un régimen capitalista como el de México que forma parte de la estructura económica mundial, necesita modernizar las rutas de competición comercial, y asegurar la suficiencia energética y alimenticia de 130 millones de mexicanos. La coyuntura de equilibrio consiste en acotar los efectos del capitalismo salvaje afrontando los intereses de los más privilegiados, y al mismo tiempo atender los reclamos de los derechos de las minorías.

En Oaxaca es notoria la resistencia contra proyectos que afectan sus territorios, recursos comunales naturales y su convivencia cultural. Este último aspecto lo resume AMLO en sus observaciones del recorrido por los pueblos de Oaxaca: “allí existe un modo de vida alejado de la ambición, de la codicia y del odio.” En la asamblea comunitaria “los funcionarios no cobran. Hay un auténtico servicio civil de carrera”, “no domina el individualismo. La gente coopera y aporta tequio en beneficio de la comunidad, prácticamente no existe la noción del salario; todo se retribuye sin dinero de por medio.” “Es tan profundo y satisfactorio vivir de esta manera…de auténtica fraternidad” que en Totontepec “gracias a sus valores y organización comunal nunca se había registrado ningún asesinato.” “La portentosa cultura de los pueblos de Oaxaca está llena de valores…existe un profundo respeto a las mujeres…”  “los pueblos de Oaxaca son de los más limpios de México…”

Siguiendo el consejo de AMLO que dice “En el terreno de lo programático actuaremos con el mayor realismo posible y sin ocurrencias ni engaños…” Se ve que la anterior idealización de los pueblos de Oaxaca no ayuda a entender el por qué se aferran a su cultura y tradiciones y desconfían de los proyectos que no los benefician. El oaxaqueño es igual a todos los demás desde que somos como cualquier otro del género homo sapiens. Desde el registro milenario arqueológico el oaxaqueño es igual o más violento que otros, en la actualidad abundan a diario los conflictos sangrientos agrarios, las ejecuciones por justicia propia, la violencia contra las mujeres incluyendo la venta de niñas, los comisarios ejidales cobrando derechos inventados a los avecindados y sin dar recibo, autoridades municipales en contubernio con empresas extractivistas, lideres gremiales corruptos en competencia con los extorsionistas de los comercios y mercados, caciques  de los pueblos obstaculizando proyectos a cambio de dinero, lideres autóctonos fomentando invasiones de terrenos particulares, lideres magisteriales y cualesquiera otros que organizan bloqueos que paralizan carreteras, y ciudades, basura y pintarrajeo que ya son parte del equipamiento urbano.

En un estado con la geografía montañosa que aísla a 3000 comunidades la consulta que pide la OIT es una ilusión, más si todo se debe aprobar por asambleísmo, llegar así a un consenso sobre cada proyecto dilataría años. La tradición una vez más tironeada por la defensa de sus recursos vitales y culturales y las fuerzas de la modernización.

Respecto a evitar “ocurrencias y engaños” el presidente observó en Oaxaca “Todo lo que uno ve al llegar a un pueblo: las calles, la plaza, el templo, el palacio municipal…se ha construido con el esfuerzo de la gente. El fruto de la cooperación y del tequio.” Tan conveniente es esa práctica por los gobernadores del estado que en 1998 pasó a se parte de la Constitución del Estado (Art. 12). El tequio aprovechado para sustituir los gastos obligatorios de los proyectos de los distintos órdenes de gobierno. “Maldito tequio” Lo llamó un indígena inconforme en documento histórico…

En el presente, ante el escandaloso rezago educativo de Oaxaca donde aún hay comunidades con más del 50 por ciento de analfabetas, ¿cómo no acudir al tequio? “Alfabetización para el bienestar” lo llama la Secretaria de la Cultura de Oaxaca (Circular SEP 001-Alfabetización_230504_193010[1].pdf) y para llevarse a acabo cada dependencia del gobierno estatal debe mandar a 10 “voluntarios” a los pueblos, y como todo tequio  los gastos corren por los escogidos. Un especialista llamó este proyecto alfabetizador de “limosna educativa cuya poca eficiencia no se cuestiona,” y recordó otro ejemplo de ineficiencia y mala planeación: “Hace dos años en una reunión del Instituto para la Educación de los Adultos, se dijo que, en Aguascalientes, de 700 adultos que concluyeron la secundaria, sólo nueve siguieron a la preparatoria.”

Otro ejemplo que se olvida fue la alfabetización llevada a cabo por maestros cubanos, tan generosa obra no contó con seguimiento ya de parte del gobierno, y se regresó a la desigualdad educativa, a no saber leer ni escribir.

 En un régimen capitalista por moderado que sea ¿será posible lo que propone AMLO y los que aún insisten en la vía electoral para ir logrando “enfrentar la actual decadencia tomando en cuenta los valores del México profundo, es decir, con una modernidad forjada dese abajo y para todos?”