lunes, 21 de noviembre de 2016

Los neorománticos pro zapatistas y los teólogos

Manuel Esparza

Los neorománticos defensores de los zapatistas son como los teólogos. Éstos son los malabaristas de la fe, se la pasan atareadísimos tratando de compaginar las encíclicas, los decretos de las Congregaciones, y las no pocas ocurrencias papales con el acervo de todo lo escrito revelado o no, acumulado por siglos. Su trabajo es hallar la manera de convencerse ellos y a los demás, si se dejan, y si es que el resto entiende las rebuscadas elucubraciones que llaman teológicas. De igual y no de otra manera, una vez más, se pronuncian los incondicionales del zapatismo ante la posibilidad de que se vote por una candidata indígena para presidente. Si con justa razón se apoyó y se sigue apoyando la lucha de los rebeldes de Chiapas dado que las causas del levantamiento siguen vigentes, no se puede tomar partido por cualquier pronunciamiento de ellos sin que pase por el análisis crítico. Los  neoanarquistas idealizantes hacen lo imposible por hallar la sabiduría oculta en todo lo que venga de movimientos (horizontales, de abajo, de izquierda los llaman) y sea compatible con la ideología de estos observadores de fuera: ¨La propuesta del movimiento indígena es, nada más y nada menos, la única esperanza para México…son ellas y ellos…los únicos con una ética intachable y a prueba de duda…El movimiento indígena es el único capaz de tomar el poder de forma horizontal o convivencial (?), o lo que es lo mismo, cambiar el mundo sin tomar el poder¨ (¨Al sonoro rugir de la dignidad¨, Carlos Soledad, La Jornada, noviembre 10, 2016).
   No dejó de ser llamativo, primero, el giro de la política zapatista al proponer como posible la vía electoral tan desacreditada por ellos mismos que insistían hasta ahora que no buscaban el poder. Segundo, el proponer que sea una mujer indígena la que encabece la lucha electoral para ser presidenta de este país. Ésta no es la primera vez que se lanzan candidatas a la presidencia, fueron mujeres con carrera de puestos administrativos y hasta en puestos de elección popular. Ahora mismo ya hay otra convocatoria, la del PAN, proponiendo una candidata que no parece tener mayor oportunidad, en una votación transparente, de encaramarse en la codiciada silla. En las poblaciones indígenas no se ven figuras de relevancia nacional entre las mujeres, no digamos a la altura de una Rigoberta Menchú pero tampoco a la muy controvertida de Xochitl Gálvez, sin embargo, se ha logrado a muy a pesar de los usos y costumbres que en varios municipios indígenas lleguen a tener alcaldías. Opinar entonces críticamente sobre el pronunciamiento conjunto del CNI y EZLN ha sido calificado como racismo. Es posible que algún opinador se haya así expresado en esta sociedad que como todas las demás que han existido en todo el mundo es discriminatoria, pero acusar a intelectuales y gente de opinión en los medios de racistas debía venir acompañado de citas y nombres. En el caso de opinar en contra de la candidata del PAN, no es por ser mujer, sino tal mujer. Es de esperarse que los muchos grupos feministas hagan esa distinción, y no sean criticados de misóginos por oponerse a ella.
    Cuando Galeano llama ¨la Calderona¨ a la Sra. Margarita Závala es criticable por lo mismo que sin lógica condena de racismo y discriminación a la mujer indígena. El subcomandante Moisés es criticable por insultar, discriminar, acusar de racismo además de mostrarse como intolerante porque el resto no piensa como los indígenas. Dice que los que los atacan son también ¨los dizque grandes intelectuales, profesionistas, investigadores, articulistas, escritores, periodistas, maestros universitarios¨… ellos y ellas parejo, pues se dirige a las ¨racist@s¨. Y continúa arremetiendo para que no quepa duda de a quiénes se refiere: ¨y ustedes, tanto que hablan y dicen que el racismo está sólo en la clase explotadora y no se dan cuenta de que ya se les metió en el cuerpo y el alma, en su modo de ustedes de pensar, de decir, de ver cómo está la vida. Y no les dejan ver otra cosa o de otra manera, por su individualismo, por sentirse mucho, creídos, y creídas, como si pudieran solos salvarse y salvar a los seres vivos…pues les decimos que primero aprendan a leer, luego léanlo bien, luego aprendan a entender lo que leen¨. Todos los demás, pues, están equivocados y hasta ¨ya dan lástima ésos que han hablado por escrito en los periódicos y en las redes sociales. Y eso que son doctores y hasta ´honoris causa´ o como se diga, pero resulta que no saben ni leer ni escribir, de plano no entienden nada¨. (La Jornada, noviembre 12, 2016;  texto completo: fb.me/5gEOvCZQg).
   Moisés resultó igual de racista que los que critica sin dar nombres, ¿tanto él como Galeano volverán a leer lo que dijeron, y pedirán disculpas? O ¿ya están tan afectados de esa enfermedad social que es la discriminación y contra la cual tenemos todos que luchar? El enemigo es común y nos afecta a todos, como dice uno de los muchos periodistas críticos que han opinado sobre esta coyuntura que sufre México de falta de democracia: ¨Es la hora de la eliminación de los sectarismos si queremos salvarnos y salvar al país de los desastres que de otro modo vendrán….es la hora de marchar juntos y de golpear al mismo enemigo, cada uno con su propio martillo. Los errores pasados necesitan una autocrítica para no repetirse…¨ (¨Una candidatura bienvenida¨ Guillermo Almeyra, La Jornada, octubre 23, 2016).


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