Manuel Esparza
Los neorománticos defensores de los zapatistas son como los
teólogos. Éstos son los malabaristas de la fe, se la pasan atareadísimos tratando
de compaginar las encíclicas, los decretos de las Congregaciones, y las no pocas
ocurrencias papales con el acervo de todo lo escrito revelado o no, acumulado
por siglos. Su trabajo es hallar la manera de convencerse ellos y a los demás,
si se dejan, y si es que el resto entiende las rebuscadas elucubraciones que llaman
teológicas. De igual y no de otra manera, una vez más, se pronuncian los
incondicionales del zapatismo ante la posibilidad de que se vote por una
candidata indígena para presidente. Si con justa razón se apoyó y se sigue
apoyando la lucha de los rebeldes de Chiapas dado que las causas del
levantamiento siguen vigentes, no se puede tomar partido por cualquier
pronunciamiento de ellos sin que pase por el análisis crítico. Los neoanarquistas idealizantes hacen lo imposible
por hallar la sabiduría oculta en todo lo que venga de movimientos
(horizontales, de abajo, de izquierda los llaman) y sea compatible con la
ideología de estos observadores de fuera: ¨La propuesta del movimiento indígena
es, nada más y nada menos, la única esperanza para México…son ellas y ellos…los
únicos con una ética intachable y a prueba de duda…El movimiento indígena es el
único capaz de tomar el poder de forma horizontal o convivencial (?), o lo que
es lo mismo, cambiar el mundo sin tomar el poder¨ (¨Al sonoro rugir de la
dignidad¨, Carlos Soledad, La Jornada, noviembre 10, 2016).
No dejó de ser
llamativo, primero, el giro de la política zapatista al proponer como posible
la vía electoral tan desacreditada por ellos mismos que insistían hasta ahora
que no buscaban el poder. Segundo, el proponer que sea una mujer indígena la que
encabece la lucha electoral para ser presidenta de este país. Ésta no es la
primera vez que se lanzan candidatas a la presidencia, fueron mujeres con
carrera de puestos administrativos y hasta en puestos de elección popular.
Ahora mismo ya hay otra convocatoria, la del PAN, proponiendo una candidata que
no parece tener mayor oportunidad, en una votación transparente, de encaramarse
en la codiciada silla. En las poblaciones indígenas no se ven figuras de relevancia
nacional entre las mujeres, no digamos a la altura de una Rigoberta Menchú pero
tampoco a la muy controvertida de Xochitl Gálvez, sin embargo, se ha logrado a
muy a pesar de los usos y costumbres que en varios municipios indígenas lleguen
a tener alcaldías. Opinar entonces críticamente sobre el pronunciamiento
conjunto del CNI y EZLN ha sido calificado como racismo. Es posible que algún
opinador se haya así expresado en esta sociedad que como todas las demás que
han existido en todo el mundo es discriminatoria, pero acusar a intelectuales y
gente de opinión en los medios de racistas debía venir acompañado de citas y
nombres. En el caso de opinar en contra de la candidata del PAN, no es por ser
mujer, sino tal mujer. Es de
esperarse que los muchos grupos feministas hagan esa distinción, y no sean
criticados de misóginos por oponerse a ella.
Cuando Galeano llama ¨la Calderona¨ a la Sra.
Margarita Závala es criticable por lo mismo que sin lógica condena de racismo y
discriminación a la mujer indígena. El subcomandante
Moisés es criticable por insultar, discriminar, acusar de racismo además de
mostrarse como intolerante porque el resto no piensa como los indígenas. Dice
que los que los atacan son también ¨los dizque grandes intelectuales,
profesionistas, investigadores, articulistas, escritores, periodistas, maestros
universitarios¨… ellos y ellas parejo, pues se dirige a las ¨racist@s¨. Y
continúa arremetiendo para que no quepa duda de a quiénes se refiere: ¨y
ustedes, tanto que hablan y dicen que el racismo está sólo en la clase
explotadora y no se dan cuenta de que ya se les metió en el cuerpo y el alma,
en su modo de ustedes de pensar, de decir, de ver cómo está la vida. Y no les
dejan ver otra cosa o de otra manera, por su individualismo, por sentirse
mucho, creídos, y creídas, como si pudieran solos salvarse y salvar a los seres
vivos…pues les decimos que primero aprendan a leer, luego léanlo bien, luego aprendan
a entender lo que leen¨. Todos los demás, pues, están equivocados y hasta ¨ya
dan lástima ésos que han hablado por escrito en los periódicos y en las redes
sociales. Y eso que son doctores y hasta ´honoris causa´ o como se diga, pero
resulta que no saben ni leer ni escribir, de plano no entienden nada¨. (La
Jornada, noviembre 12, 2016; texto
completo: http://fb.me/5gEOvCZQg ).
Moisés resultó igual de
racista que los que critica sin dar nombres, ¿tanto él como Galeano volverán a leer lo que dijeron,
y pedirán disculpas? O ¿ya están tan afectados de esa enfermedad social que es
la discriminación y contra la cual tenemos todos que luchar? El enemigo es
común y nos afecta a todos, como dice uno de los muchos periodistas críticos
que han opinado sobre esta coyuntura que sufre México de falta de democracia:
¨Es la hora de la eliminación de los sectarismos si queremos salvarnos y salvar
al país de los desastres que de otro modo vendrán….es la hora de marchar juntos
y de golpear al mismo enemigo, cada uno con su propio martillo. Los errores
pasados necesitan una autocrítica para no repetirse…¨ (¨Una candidatura
bienvenida¨ Guillermo Almeyra, La Jornada, octubre 23, 2016).