Manuel Esparza
Más de 80 científicos de varias partes del mundo aceptan la invitación para
el encuentro: “L@s Zapatistas y las conCIENCIAS POR LA HUMANIDAD”
que se lleva cabo estos días en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. En el
aniversario 22 del levantamiento armado, es digna de admiración esa respuesta totalmente voluntaria. La creativa
tenacidad en defensa de la justeza de sus reclamos recibe una vez más un reconocimiento
internacional.
La temática del encuentro cubre
muy variadas especialidades: campos cuánticos, matemáticas, vulcanología, astrofísica,
astronomía, cosmología, fusión nuclear, física estadística, óptica, bioética,
biofísica, biología evolutiva, biología marina, biología molecular, genética,
microbiología, bioquímica, fisiología y biofísica de células excitables,
fotoquímica solar, muta génesis y contaminación ambiental, genómica de
microorganismos, origen y evolución de la vida.
Han sido varias las propuestas
singulares a las que nos tienen acostumbrados los zapatistas, pero ésta es de
un salto cualitativo mayor. La expresa el Subcomandante
Insurgente Moisés: ¨Que la sabiduría de ustedes, científicas y científicos, se
encuentre y se abrace con nuestra gana de aprender y conocer los mundos¨. Saber de otras realidades, conocer soluciones
a problemas urgentes, estar abiertos a corregir lo que no ha dado resultados en
esta situación de deterioro de la vida planetaria.
El encuentro es un revés a los congresos de
científicos sociales. Una revisión de los programas de ese tipo de reuniones
durante los últimos años en México revela que los avances de las ciencias
neodarwinianas, de las neurociencias, de la biología molecular, entre otras, no
han sido tenidos en cuenta como un reto a las bases teóricas tradicionales de
las ciencias sociales. Da la impresión de que se sigue insistiendo en añadir
notas al pie de calce de lo ya sabido.
En los motivos de la invitación al encuentro
se señala al capitalismo como la fuente del abuso de los bienes de la tierra,
el neoliberalismo globalizante es una amenaza implícita a perder la esencia de
los pueblos originarios. La sabiduría ancestral no es tenida en cuenta por la
población mestiza para evitar la catástrofe, y por todas estas razones se
desea: ¨Que las ciencias y
las artes representan ya la única oportunidad seria de construcción de un mundo
más justo y racional¨.
Optar por la vía científica invita a una
reflexión. Según el relato del Génesis el querer saber llevó a un largo y sudoroso
camino de millones de años en busca de los medios para la sobrevivencia y la
mejora de la vida. El uso de la facultad racional en la búsqueda de soluciones
de fondo supone construir hipótesis comprobables y dejar de lado lo que no es
funcional. Se tendrán que analizar críticamente explicaciones religiosas,
animistas, creencias en seres y fuerzas como el nagualismo y la brujería.
Irónicamente el camino científico supondrá una correspondencia, si no es que
una integración, con los saberes científicos modernos de otras naciones y de
nuestro propio país
El reto es audaz y de muy larga duración, en
el camino se irán evaluando los resultados.